Islam

 

El perdón de Al-lah: siempre disponible

El perdón de Al-lah: siempre disponible

Una de las bendiciones más inmensas del islam es la certeza de que Al-lah siempre perdona. No importa el tamaño del pecado ni cuán lejos hayamos ido. Si el corazón se arrepiente sinceramente, la puerta del perdón está abierta. Esta esperanza es un refugio para el alma que se extravía.

La misericordia infinita de Al-lah

La misericordia infinita de Al-lah

Uno de los atributos más repetidos en el Corán es Ar-Rahman, El Misericordioso. Al-lah se define a Sí mismo así antes que como juez o castigador. Su misericordia lo abarca todo: a creyentes, incrédulos, animales, plantas, y cada ser que respira bajo el cielo.

Los musulmanes de Piera recaudan más de 61.000 euros para “reconstruir” la mezquita incendiada

Los musulmanes de Piera recaudan más de 61.000 euros para “reconstruir” la mezquita incendiada

La comunidad musulmana de Piera (Barcelona) trata de recobrarse del golpe que ha supuesto el incendio de la nueva mezquita cuando estaba a punto de inaugurarse. El colectivo ha impulsado una campaña de recogida de fondos para la “reconstrucción” del centro, llamado Ar-Rahman, que ha contado entre otros con el apoyo de vecinos y entidades de esta localidad de 18.000 habitantes. 

Los nombres de Al-lah: significado y el poder de memorizarlos

Los nombres de Al-lah: significado y el poder de memorizarlos

Al-lah tiene 99 nombres conocidos como Asma’ul Husna, los más hermosos nombres. Cada uno de ellos representa una cualidad divina: Ar-Rahman (El Misericordioso), Al-Hakim (El Sabio), Al-Gaffar (El Perdonador). Aprender estos nombres no es solo un acto académico: es una forma de conocer mejor a nuestro Creador.

Esperanza y fe en Al-lah, incluso en tiempos difíciles

Esperanza y fe en Al-lah, incluso en tiempos difíciles

Mantener la esperanza en Al-lah es uno de los pilares más poderosos de la fe islámica. Cuando todo parece desmoronarse, el creyente recuerda que la ayuda de Al-lah está cerca, incluso si tarda en llegar. El Corán nos recuerda: “Con la dificultad viene la facilidad” (94:6). Este verso es más que consuelo: es una promesa divina.