Uno de los atributos más repetidos en el Corán es Ar-Rahman, El Misericordioso. Al-lah se define a Sí mismo así antes que como juez o castigador. Su misericordia lo abarca todo: a creyentes, incrédulos, animales, plantas, y cada ser que respira bajo el cielo.
El Profeta (PB) dijo: “La misericordia de Al-lah supera Su ira”. Esta frase no es un consuelo vacío, es una descripción real de cómo actúa el Creador. Aunque fallemos una y otra vez, Al-lah abre puertas al arrepentimiento. Su perdón no se agota, su compasión no se cansa.
Cuando el ser humano comete errores, puede pensar que ya no merece acercarse a Al-lah. Pero el Islam enseña lo contrario: que justamente en esos momentos, debemos volver a Él. Como una madre acoge a su hijo tras una caída, Al-lah acoge al creyente arrepentido con un amor superior.
En el Corán, Al-lah dice: “No desesperéis de la misericordia de Al-lah” (39:53). Esta es una orden, no una simple sugerencia. Vivimos en una época dura, donde el juicio y la culpa abundan. Pero el mensaje de Al-lah es claro: siempre puedes volver, sin importar lo lejos que hayas ido.
Recordar la misericordia de Al-lah no es justificar el pecado, sino tener esperanza mientras se lucha por mejorar. Es saber que fallar no significa fracasar, y que la puerta del perdón siempre está abierta. Porque Al-lah es más misericordioso con nosotros que nosotros mismos.
Comentá la nota