El Vaticano se ilumina con un espectáculo de drones en el histórico concierto “Grace for the World”

El Vaticano se ilumina con un espectáculo de drones en el histórico concierto “Grace for the World”

La Plaza de San Pedro vivió este sábado una de las noches más memorables de la historia reciente del Vaticano, al convertirse en el epicentro de un espectáculo sin precedentes.

Por Victoria Cardiel.

El macroconcierto Grace for the World, organizado para clausurar el World Meeting on Human Fraternity, comenzó con un arranque cargado de simbolismo y emoción que dejó sin aliento a las decenas de miles de personas presentes, muchas de ellas llegadas de distintos países y congregadas desde temprano en la gran avenida de Via della Conciliazione (Via de la Conciliación).

De repente, el cielo sobre la basílica se iluminó con más de 3.000 de drones, perfectamente coordinados, que dibujaron la imagen del Papa Francisco, enmarcando con luz el contorno de la cúpula de Miguel Ángel y las columnatas de Bernini. La escena, inédita en este espacio, provocó un silencio reverente en la multitud, que se detuvo a contemplar el espectáculo antes de estallar en aplausos y vítores.

Rostro del Papa Francisco proyectado en la Basílica de San Pedro. Crédito: Cortesía Eva Fernández

El instante estuvo acompañado por una emotiva interpretación de Amazing Grace, entonada a dúo por el tenor Andrea Bocelli –figura central de la velada– y el cantante estadounidense Teddy Swims. Sus voces se elevaron sobre el silencio de la plaza y se mezclaron con el zumbido casi imperceptible de los drones, generando un ambiente místico y solemne.

La creación de Adan en la Basílica de San Pedro. Crédito: Courtney Mares/EWTN News

A partir de allí, el cielo romano se convirtió en un gigantesco lienzo. En perfecta sincronía con la música, las luces recrearon las manos de La Creación de Adán, el célebre fresco de Miguel Ángel que corona la bóveda de la Capilla Sixtina, seguidas por la figura de una paloma de la paz de proporciones monumentales que pareció sobrevolar la multitud. El clímax llegó cuando apareció , la famosa escultura en mármol del mismo artista que se conserva en la Basílica de San Pedro, proyectada en el cielo con un nivel de detalle sorprendente.

La imagen de la Piedad de Miguel Ángel en la Basílica de San Pedro. Crédito: Elias Turk/EWTN News

Las imágenes, perfectamente reconocibles en la oscuridad de la noche romana, arrancaron ovaciones y una lluvia de teléfonos móviles en alto para inmortalizar el momento. Para muchos, fue el punto más impactante de toda la velada, una combinación de arte, tecnología y espiritualidad que convirtió la plaza en un escenario de contemplación colectiva.

Otra de las figuras proyectadas fue la imagen de la Salus Populi Romani (Salud del Pueblo Romano), cuyo icono se venera en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, y de la que era muy devoto el Papa argentino.

El icono de la Virgen también fue proyectado. Crédito: Courtney Mares/EWTN News

La puesta en escena, inédita en la historia del Vaticano, marcó el tono del evento: una invitación a la fraternidad universal, al diálogo entre culturas y a la esperanza en tiempos de crisis global. 

Fue el primer concierto de la historia celebrado en la Plaza de San Pedro que se transformó en un gigantesco estadio al aire para acoger el evento Grace for the World.

El espectáculo puso el broche final a la tercera edición del World Meeting on Human Fraternity (Encuentro Mundial sobre la Fraternidad Humana) que durante dos días reunió en el Vaticano a 500 personalidades, premios Nobel, referentes del mundo académico y social, gestores culturales y expertos en inteligencia artificial y medio ambiente. 

Las 15 mesas de diálogo abordaron temas como la paz, el cuidado del planeta, el impacto de la tecnología y el futuro de la humanidad.

Decenas de miles de personas llenaron el emblemático espacio para seguir un espectáculo de dos horas que combinó música, luces y mensajes de paz, transmitido en directo por el canal del Vaticano, Disney+, Hulu y ABC News.

“En medio de sombras, vemos la posibilidad de un renacimiento: la capacidad de resistir, de innovar, de crear puentes”, proclamó el Cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro y presidente de la Fundación Fratelli Tutti. 

Sobre el escenario se alternaron diferentes estilos y géneros. Bocelli fue uno de los protagonistas de la noche. Católico practicante y considerado uno de los tenores más reconocidos del mundo, Bocelli abrió el espectáculo con una sobrecogedora interpretación del Ave María de Schubert, que transformó la Plaza de San Pedro en un templo de silencio y emoción.

Otro de los momentos más esperados de la noche fue la actuación de la cantante Karol G, la más ovacionada desde que fue anunciada al inicio del espectáculo. La artista colombiana permaneció apenas cinco minutos en el escenario, interpretando Mientras me curo el cora, de su álbum de 2023, en un tono cercano al góspel, y cerró su participación con un emotivo dúo con Bocelli en Vivo per lei. Vestida de manera sobria y elegante, fue recibida con banderas, camisetas y cánticos de sus seguidores, que abarrotaban la primera línea de la plaza.

Pero además de música, hubo también espacio reservado para lanzar al mundo un mensaje de fraternidad, esperanza y diálogo universal.

El premio Nobel de la Paz Kailash Satyarthi, incansable defensor de los derechos de los niños y del fin del trabajo infantil, Graça Machel, viuda de Nelson Mandela y voz firme de la justicia social en África, y la activista iraquí Nadia Murad, sobreviviente del genocidio yazidí y símbolo de la lucha contra la violencia sexual en conflictos armados, exhortaron a trabajar por la paz en los lugares donde hay guerra. 

El Papa León XIV no estuvo presente, aunque se le agradeció su apoyo y se recordó que hoy domingo celebra su 70º cumpleaños.

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