Es una pregunta común entre los musulmanes: ¿por qué en las oraciones obligatorias del Fajr (amanecer), Maghrib (atardecer) e Isha (noche) las dos primeras rakats se recitan en voz alta, mientras que en las de Dhuhr (mediodía) y Asr (tarde) se recitan en silencio o en voz muy baja?
Sabiduría detrás de las oraciones en voz alta y en voz baja
Los eruditos explican que esta diferencia en la recitación tiene varias razones basadas en la sabiduría revelada en el Sagrado Corán, la Sunna del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y las circunstancias históricas de los primeros musulmanes.
Ali Shibramalusi, citando los comentarios de Abdul Hamid Shirvani y Suleiman al Yamal, señaló que las oraciones del Fajr, Maghrib e Isha suelen hacerse en momentos de tranquilidad: al amanecer, cuando el mundo recién despierta; al atardecer, cuando las actividades comienzan a cesar; y en la noche, cuando la mayoría ya descansa. En esos momentos, el creyente tiene mayor oportunidad de volverse sinceramente hacia su Señor. La recitación en voz alta permite al orante disfrutar y reflexionar mejor sobre las palabras del Corán.
Por el contrario, durante el día, en las oraciones de Dhuhr y Asr, las personas están ocupadas con sus actividades laborales y responsabilidades cotidianas. Por ello, los sabios consideran que es preferible recitar en silencio para ayudar al creyente a mantener la concentración interna sin distracciones externas, facilitando así el recogimiento y la humildad.
Contexto histórico de la recitación en voz alta y baja
El Imam Bujari y otros alfaquíes transmitieron que, al principio, el Profeta (PB) recitaba el Corán en voz alta en todas las oraciones. Sin embargo, durante la etapa de La Meca, los politeístas que escuchaban las aleyas respondían con burlas y blasfemias contra Dios y Su Mensajero. Para proteger a los musulmanes y evitar la provocación de los incrédulos, el Profeta (PB) comenzó a recitar en voz baja las oraciones del mediodía y la tarde, cuando los politeístas estaban más presentes y activos.
En cambio, durante el amanecer, atardecer y noche, cuando los incrédulos solían dormir o estaban ocupados con sus asuntos, el Profeta recitaba en voz alta sin temor a represalias inmediatas. Aunque en la actualidad esta razón original ha desaparecido, el ruling (norma legal) establecido por el Profeta y seguido por sus Compañeros permanece vigente, y los musulmanes continúan realizando la recitación según esta tradición.
Beneficios espirituales de las diferentes recitaciones
Además de las razones prácticas e históricas, los eruditos señalan que la alternancia entre voz alta y baja enseña al creyente el equilibrio entre el recuerdo de Dios en privado y en público, fomentando tanto la conexión íntima con el Creador como el fortalecimiento de la identidad religiosa comunitaria.
La recitación en voz alta también es un medio para que quienes rezan detrás del imam escuchen las palabras del Corán y reflexionen sobre su significado, mientras que la recitación en voz baja entrena la sinceridad, alejando el riesgo de ostentación (riya).
Reflexión final sobre la sabiduría de la recitación
Las oraciones en voz alta y baja tienen fundamentos profundos en la sabiduría divina, la Sunna y las circunstancias históricas. Siguiendo la práctica del Profeta Muhammad (PB), los musulmanes mantienen viva esta forma de rezar, que combina reflexión, protección de la fe y devoción sincera.
Y Allah sabe más.
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