Los obispos renuevan sus autoridades y asoman Poli y Ojea para presidir el Episcopado

Los obispos renuevan sus autoridades y asoman Poli y Ojea para presidir el Episcopado

Hoy comienza la asamblea plenaria y mañana se votará al sucesor de Arancedo; expectativa por los desafíos que asumirá la Iglesia frente al nuevo clima político del país

 

La Iglesia argentina iniciará mañana una nueva etapa con la elección del nuevo presidente del Episcopado, en un contexto político nacional marcado por el fortalecimiento del gobierno de Mauricio Macri y el avance de reformas, cuyas discusiones seguramente impactarán en el escenario social.

El cardenal Mario Poli , arzobispo de Buenos Aires y una de las voces de mayor predicamento en la Iglesia a la hora de señalar las deudas y desafíos pendientes en el país, especialmente en el plano institucional, aparece como el candidato natural para suceder al actual titular de la Conferencia Episcopal, el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, quien termina su mandato y no puede ser reelegido. Sin embargo, fuentes eclesiásticas mencionan también con posibilidades al obispo de San Isidro, Oscar Ojea, que presidió Cáritas en los últimos seis años y se consolidó como referente insoslayable en el campo social de la Iglesia.

Más de 170 votaciones harán los obispos a lo largo de la asamblea plenaria, que comenzará hoy por la tarde, en Pilar, y se extenderá hasta el viernes. No sólo elegirán al nuevo presidente del Episcopado, por un período de tres años, sino también decidirán la integración de la comisión ejecutiva -vicepresidentes primero y segundo, y el secretario general-, además de los titulares y miembros de todas las comisiones del organismo. Se trata de los equipos que se conformarán en unas veinte áreas en las que se divide el trabajo de la Iglesia, desde Pastoral Social hasta Educación, Fe y Cultura, Catequesis, Pastoral Universitaria, Apostolado Laico, Comunicación Social y Pastoral Aborigen, entre otras.

La elección se hará mañana, por la tarde, y se definirá por los dos tercios de los votos de los cerca de 90 obispos titulares y auxiliares de todo el país. Si no hay definición, por mayoría absoluta entre los dos más votados. "No tenemos voto electrónico, pero hay algo bastante parecido, con un código de barras que responde al nombre de cada obispo. Luego se escanea con un lápiz óptico y el resultado es muy rápido", explicó el secretario general del Episcopado, Carlos Malfa, obispo de Chascomús, que podría acceder a un nuevo mandato.

Más allá de su liderazgo universal y en la Iglesia local, es innegable la influencia de Francisco en la asamblea. Más de un tercio de los obispos fueron designados durante el actual pontificado, iniciado en marzo de 2013, a los que se suman los que, ya siendo obispos en ese momento, fueron promovidos por el papa Bergoglio a sedes eclesiásticas relevantes.

Poli, de 69 años, es actualmente vicepresidente primero del Episcopado y uno de los obispos a quienes sus pares escuchan y eligen con más frecuencia para elaborar los pronunciamientos del cuerpo. Experto en historia de la Iglesia, fueron significativos sus aportes en el documento sobre el Bicentenario, en mayo del año pasado, que plantea la necesidad de un encuentro fraterno de los argentinos.

Ojea, de 70 años, sucedió a Jorge Casaretto como obispo de San Isidro y enfrentó desafíos de envergadura en la diócesis, a partir del reconocimiento de casos de abusos sexuales de sacerdotes y el acercamiento a las víctimas. Al igual que Poli, fue obispo auxiliar de Bergoglio y hace seis años accedió a la presidencia de Cáritas, donde se destacó por su capacidad como administrador, promovió un trabajo integral y en equipo, y enfrentó los difíciles escenarios marcados por la pobreza.

Ambos conservan una estrecha relación con Francisco -Poli estuvo el mes pasado en el Vaticano- y se especula que quien no resulte presidente podría integrar una de las dos vicepresidencias. La otra vicepresidencia sería para un obispo del interior. Se mencionan para ese puesto a los arzobispos de Rosario, Eduardo Martín, y de Corrientes, Andrés Stanovnik, formado en la Orden Franciscana, y con experiencia en el Consejo Episcopal Latinoamericano.

El arzobispo de San Juan, Jorge Lozano, concluye sus seis años al frente del área de Pastoral Social, por lo que algunas voces eclesiásticas estiman que se podría incorporar a la comisión ejecutiva. Para conducir esa estratégica área se menciona al obispo de Lomas de Zamora, el jesuita Jorge Lugones y, algún escalón más abajo, al obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, a quien le jugaría en contra la distancia geográfica de su diócesis con Buenos Aires, por donde pasa el centro del poder político. En las comisiones no sólo se elige presidente, sino también a todos sus miembros. Continuaría allí el obispo de Merlo-Moreno, Fernando Maletti, quien maneja principalmente el vínculo con los movimientos sociales y se dedica, también, al problema de la lucha contra la drogadependencia.

El arzobispo Víctor Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina (UCA) y de vínculo muy cercano a Francisco, podría llegar a la presidencia de la Comisión de Fe y Cultura, un área por la que pasan todos los documentos del magisterio de la Iglesia. Dicho equipo, considerado uno de los más importantes en el trabajo del Episcopado, lo preside hoy el obispo de San Martín, Guillermo Rodríguez Melgarejo, que el año próximo cumplirá 75 años y, de acuerdo con las normas canónicas, presentará su renuncia.

Dos nombres cercanos al papaMario Poli. Foto: LA NACION

Mario Poli

Arzobispo de Buenos Aires

Con 69 años, es arzobispo de Buenos Aires desde hace cuatro años. Suele alzar la voz cuando la Iglesia quiere señalar deudas pendientes del país

Es también vicepresidente primero del Episcopado y muy escuchado y respetado entre sus pares. Es especialista en historia de la Iglesia e hizo aportes al último documento sobre el Bicentenario

Oscar Ojea

Obispo de San Isidro

Presidió Cáritas en los últimos seis años y se forjó un lugar significativo en el campo social de la Iglesia

Tiene 70 años y sucedió a Jorge Casaretto como obispo de San Isidro. Tuvo que enfrentarse a los casos de abuso sexual de sacerdotes y propició el acercamiento a las víctimas. Al igual que Poli, tiene una buena relación con el Papa

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