Durante el homenaje del domingo, el cardenal secretario Pietro Parolin llamó a transformar el afecto por Francisco en compromiso concreto, especialmente en el acompañamiento a los jóvenes y la promoción de una Iglesia misericordiosa y abierta.
Miles de fieles continúan este domingo rindiendo homenaje al Papa Francisco, fallecido el pasado lunes a los 88 años, con una masiva presencia de jóvenes en la segunda misa de luto celebrada en la plaza San Pedro, a la que asistieron unas 200.000 personas. En medio del luto colectivo, un video difundido por la prensa italiana este domingo mostró al pontífice en un mensaje grabado dirigido especialmente a los jóvenes, en el que los instó a “aprender a escuchar”.
La grabación, registrada en su residencia de la Casa Santa Marta pocos días antes de su fallecimiento, muestra al Papa con un suéter blanco de cuello en V, su vestimenta informal, con gesto sereno pero mirada intensa. Fue proyectada durante la segunda misa del novenario en su memoria, que tuvo lugar ante una multitud de jóvenes reunidos en Roma con motivo del cierre del Jubileo de los Adolescentes, una de las iniciativas pastorales impulsadas por el mismo Francisco.
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Una multitud también se acercó hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra la tumba del pontífice, para rendirle homenaje. Francisco eligió ser sepultado allí, cerca de la imagen de la Virgen Salus Populi Romani (Salvación del Pueblo Romano, en italiano), a la que solía rezar con devoción antes y después de cada viaje apostólico. Con este gesto, se convirtió en el primer Papa en ser inhumado fuera del Vaticano desde León XIII, en 1903.
Como ocurrió con el multitudinario funeral que abrió los novendiales —nueve días de misas en su honor—, la ceremonia del domingo también estuvo colmada de jóvenes, llegados a Roma tanto para el Jubileo como para la canonización del beato Carlo Acutis, conocida como la del “primer santo milenial”, cuya proclamación fue postergada tras la muerte del Papa.
Un legado para la juventud
“Para los chicos y las chicas, una de las cosas más importantes en la vida es escuchar, aprender a escuchar. Cuando alguien les hable, esperen a que la otra persona termine de hablar para poder entender bien. Después, si quieren, respondan”, aconsejó Francisco en su mensaje grabado, una de sus últimas enseñanzas.
“Hoy la gente no escucha: interrumpe, responde antes de comprender. En medio de una explicación, responden, y eso no ayuda a la paz”, agregó,. Como tantas veces a lo largo de su papado, volvió a recordar la importancia de los lazos familiares y la sabiduría de los mayores: “Escuchen, escuchen mucho. Y no olviden a sus abuelos. Los abuelos enseñan mucho”, dijo con firmeza, antes de cerrar con su clásico pedido de "recen por mí”.
El mensaje, publicado en la página web del semanario Oggi, iba dirigido a los jóvenes que participan en los Talleres de la Escucha, una iniciativa que involucra a jóvenes y adultos en diferentes temas, permitiendo a muchos experimentar la belleza de ser escuchados, de escucharse y de escuchar.
Durante sus años como líder de la Iglesia Católica, Francisco se distinguió por una apuesta decidida al diálogo intergeneracional y a la inclusión de los jóvenes en los espacios eclesiales. Desde sus primeras declaraciones como Papa, dejó en claro que deseaba una Iglesia dinámica, comprometida con la realidad y no temerosa del conflicto.
“Espero que salgan a las calles y que hagan lío. Quiero que la Iglesia salga a la calle. Si la Iglesia no sale a las calles, se convierte en una ONG. Y la Iglesia no es una ONG”, dijo durante la 28ª Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, apenas tres meses después de su elección. Años más tarde insistía: "La Iglesia necesita de ustedes, de su entusiasmo, intuiciones y fe", durante la convocatoria al Sínodo de los Jóvenes de 2018.
Tras la misa de domingo, presidida por el cardenal secretario, el italiano Pietro Parolin, grupos de jóvenes con camisetas y pañuelos verdes y blancos —símbolos del Jubileo— llenaban los alrededores del Vaticano y la estación de metro más cercana. Con banderas, guitarras, pancartas y estampitas con la imagen de Francisco, marchaban con devoción y alegría, en lo que fue descripta como “una despedida luminosa”.
El propio Parolin, que se desempeñó como Secretario de Estado del Vaticano durante el pontificado del argentino y es candidato firme a sucederlo, se encargó de honrar su memoria. "Nuestro afecto por él, que se está manifestando en estas horas, no debe actuar como una emoción del momento, debemos acoger su legado y hacerlo vida, abriéndonos a la misericordia de Dios y siendo también nosotros misericordiosos, los unos con los otros”.
“El Papa Francisco nos envía su abrazo desde el cielo”, continuó Parolin. Según explicó, los actos de estos días se han vivido inspirados por “el espíritu” de Francisco, quien fue el gran impulsor del Jubileo como una forma de reunir a la juventud en una celebración global de fe, encuentro y esperanza.
Santa María: punto de inicio y de descanso eternoDespués del multitudinario adiós que tuvo el Papa Francisco el sábado, con más de 170 delegaciones internacionales y 400.000 personas acompañando sus exequias, era previsible que los fieles continuaran acercándose en masa a la Basílica de Santa María la Mayor. El cortejo fúnebre, seguido por miles de personas en las calles de Roma, terminó su recorrido en este templo, profundamente ligado a la vida espiritual del Papa argentino.
Desde su fallecimiento, la basílica se convirtió en un punto de peregrinación constante. Solo este domingo, desde su apertura a las 7 de la mañana, más de 30.000 personas visitaron la tumba del pontífice, ubicada junto a la capilla que alberga a la Virgen Salus Populi Romani. Francisco solía detenerse allí en cada regreso de sus viajes internacionales, depositando ramos de flores o simplemente rezando en silencio.
Allí, en una tumba de piedra iluminada con una luz suave, reposa desde el sábado el pontífice argentino. Fue sepultado en una ceremonia privada tras su funeral en la plaza San Pedro. Su féretro recorrió la Roma monumental hasta llegar al templo elegido para su descanso eterno. La Basílica de Santa María la Mayor —donde también están enterrados otros siete papas, el escultor Gian Lorenzo Bernini y Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón— marca simbólicamente tanto el inicio como el final del pontificado de Francisco.
En su testamento, el argentino había dejado explícito su deseo de ser enterrado allí, en un gesto que evoca sus raíces italianas y su devoción mariana. Su tumba, una lápida de piedra de Liguria —la región de sus antepasados— lleva una única y sencilla inscripción en latín: FRANCISCUS.
Según informó Vatican News, aunque la misa del Domingo de la Divina Misericordia estuvo dedicada al Papa Francisco, el cardenal Parolin aprovechó la ocasión para invitar a los jóvenes a abrazar su mensaje sobre la misericordia, destacando que ese camino puede conducir no solo a la paz interior, sino también a relaciones más sanas y a un mundo menos dividido.
Mientras tanto, el Vaticano ya se prepara para una nueva etapa. El cardenal luxemburgués, Jean-Claude Hollerich, anticipó que el cónclave para elegir al sucesor de Francisco podría comenzar entre el 5 y el 6 de mayo. Su par alemán, el cardenal Reinhard Marx, estimó que el proceso podría durar apenas “unos días”, dada la claridad de algunos perfiles que suenan con fuerza.
La fecha exacta del inicio del cónclave se conocería este lunes, cuando los cardenales celebren su quinta reunión desde el fallecimiento del pontífice.
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