Positiva evaluación de los obispos del “resultado sorpresa”. “El balotaje nos hará bien a todos”. La relación de los candidatos con Bergoglio
Por Alver Metalli
La “sorpresa” de las elecciones argentinas, que por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983 se deciden con un balotaje, es evaluada positivamente por la Iglesia local.
Por tres razones.
La primera: consideran que el “desempate” obliga al diálogo y la búsqueda de consensos. El triunfo de la viuda de Kirchner en primera vuelta con el 54,11 por ciento de los votos en las presidenciales de noviembre de 2011 “reforzó su actitud de no hablar con la oposición y profundizar el enfrentamiento”, observa una fuente del episcopado que prefiere permanecer anónima. Por el contrario,“el balotaje nos hará bien a todos. Le hace bien a la libertad ciudadana”, comentó en un twitter el obispo de San Francisco (Córdoba), Sergio Buenanueva. “Nuestra democracia sale fortalecida” concluye el prelado cuya diócesis, por otra parte, se encuentra en la provincia de Córdoba, donde se ha consolidado con fuerza el candidato de centro-derecha Mauricio Macri.
La segunda razón se basa en el perfil de los dos candidatos que se enfrentan el 22 de noviembre por la decisión final de las urnas. Los obispos consideran que ambos son moderados, que proponen síntesis políticas amplias, lejos de la actitud de confrontación de la presidente actual y su círculo mágico.
La tercera razón de la satisfacción de los obispos es la ganadora indiscutida de estas elecciones, la próxima gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que también pertenece a la línea de centro-derecha, “una católica militante, una funcionaria eficiente y transparente con un acentuado perfil social”.
Antes de recluirse en la Asamblea anual que terminará el sábado próximo, los obispos remitieron a las declaraciones previas a las elecciones: “Lo que dijimos en el último documento vale para el balotaje”, especialmente bajar el tono de los enfrentamientos, “agravios, sospechas y denuncias que debilitan la credibilidad de personas e instituciones”. Por eso es necesario “recomponer una actitud de respeto, de diálogo sincero y de participación comprometida” entre los sujetos que actúan en el escenario político. Invitan después a los dos candidatos que siguen en carrera, Daniel Scioli y Mauricio Macri, que” presenten con claridad sus plataformas, propuestas e ideas”. Un paso en esta dirección será el diálogo cara a cara delante de las cámaras que ambos ya aceptaron. El presidente de la Comisión Social de Episcopado argentino Jorge Lozano puntualizó las prioridades de una sana política de gobierno: “lucha contra la inflación y la pobreza”, implementación de “un sistema educativo que ayude a adquirir herramientas para el desarrollo integral de la persona”, “el combate al narcotráfico y la atención a los adictos”, la promoción en todos los niveles de una “cultura del encuentro y la paz social”, incluyendo en el decálogo el compromiso de asegurar “una adecuada nutrición de mamás embarazadas y de los niños”.
Apenas concluyó la primera vuelta electoral que abrió el camino al balotaje, los obispos de Argentina también pusieron en guardia contra los golpes bajos, como involucrar a la Iglesia en una supuesta de “campaña de oración” para evitar que fuera elegido para la gobernación de la provincia de Buenos Aires Aníbal Fernández, poderosa figura del kirchnerismo y favorito en las encuestas previas por sobre María Eugenia Vidal, al que una investigación periodística relaciona con el tráfico de efedrina. “De ninguna manera”, desmienten los obispos en forma terminante: “No es nuestro espíritu ni se ha bajado línea. La Iglesia no tiene candidatos ni está a favor o en contra de nadie”, insistieron en una nota. O como la presunta llamada telefónica del Papa Francisco al sacerdote José María di Paola para que los curas de las villas miseria no favorecieran la elección de Fernández como gobernador de Buenos Aires, rotundamente desmentida por el mismo padre Pepe como “falsa”. “La misión de la Iglesia, y la nuestra como curas de las villas, siempre fue comunicar el Evangelio a todos sin excepción, y ser fermento de un mundo mejor, más humano y justo en cada realidad donde está presente”.
Scioli, Macri y Bergoglio.
El suplemento argentino Valores Religiosos que dirige Sergio Rubin -autor, junto con Angela Ambrogetti, del best seller El Jesuita- centra el objetivo en las relaciones de los dos candidatos en carrera por la segunda vuelta con Bergoglio y la Iglesia agentina. “Scioli cultivó desde siempre una fluida relación con Jorge Bergoglio de sus tiempos en que este era arzobispo de Buenos Aires. Además, tuvo un aceitado diálogo con la docena de obispos de la provincia de Buenos Aires, a quienes recibía periódicamente”. La revista atribuye a “medios eclesiásticos” la afirmación de que el Papa Francisco “valora que Scioli mantuvo el vínculo cuando el entonces arzobispo porteño era visto por el kirchnerismo como el “jefe espiritual de la oposición” y acusado de ser cómplice de la dictadura”.
Por su parte, “Scioli no dejó pasar discurso de la campaña sin mencionar al Papa y sus premisas”, nota la revista, “de hecho, en su mensaje tras la primera vuelta electoral, dijo que sus consignas son las de Francisco: “Tierra, techo, vivienda”.
Otro de los fundadores de Valores Religiosos es el sacerdote Guillermo Marcó, quien fue portavoz de Bergoglio hasta 2006, cuando tuvo que presentar la renuncia a raíz de un duro enfrentamiento con el presidente Néstor Kirchner. Con respecto a Mauricio Macri, Valores Religiosos comenta que su relación con el Papa actual “arrancó formalmente bien” cuando fue elegido jefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero después se enfrió. “El hecho de que no haya apelado un fallo a favor de la unión civil de homosexuales -como le corespondía por su cargo- disgustó al entonces cardenal Bergoglio”.
Sin embargo la revista hace notar que el Papa Francisco “recibió a Macri más de una vez en Santa Marta” y en la primera oportunidad “le pidió que llevara a su nueva hija, Antonia, cosa que el jefe de Gobierno porteño hizo unos meses después”.
Por último Valores Religiosos afirma que Francisco tiene muy buena opinión de María Eugenia Vidal, de activa militancia católica, quien ganó la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el segundo cargo en importancia que estaba en juego en las elecciones del 25 de octubre.
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