Fuentes vaticanas confiaron ayer a LA NACION que el papa Francisco no tiene previsto viajar a la Argentina en 2016, año del Bicentenario de la Independencia.
La celebración del Jubileo de la Misericordia habría determinado al papa Francisco a priorizar su permanencia en Roma y postergar tal vez un año más la visita a su patria natal. Se esfumaría, así, la posibilidad de que el nuevo gobierno que asumirá en diciembre próximo reciba al Sumo Pontífice unos meses después.
"Para 2016 sólo está previsto el viaje de Francisco a Polonia, para la Jornada Mundial de la Juventud, entre el 26 y el 31 de julio", dijo a este diario una fuente eclesiástica que ve diariamente al Pontífice. La misma información manejan en otras dependencias de la Santa Sede y en eso coincidió también el arzobispo argentino y presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias, Marcelo Sánchez Sorondo, quien en una entrevista publicada ayer en Clarín estimó que el Papa "no podrá venir a la Argentina en 2016".
Consultado por LA NACION, Sánchez Sorondo evitó ser categórico y prefirió responder con una pregunta: "¿Cómo podría Francisco ir a la Argentina y Chile, teniendo un intenso Año Santo, en el que ofrecerá dos audiencias públicas por semana, los miércoles y los sábados?", expresó.
El Jubileo de la Misericordia es considerado una apuesta central de Francisco en su propósito de fortalecer el rostro de una Iglesia más cercana al perdón que a la rígida disciplina.
En medios políticos argentinos se especulaba en las últimas semanas que Francisco no visitaría finalmente la Argentina el año que viene, tal vez desencantado por las últimas novedades y desaguisados del sistema político.
Nunca confirmado oficialmente, el viaje a la Argentina, Chile y Uruguay se había dado por seguro por vías informales hace tres meses, cuando el Papa recibió por separado a Cristina Kirchner y a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, a quien le habría transmitido su intención de visitar el año próximo esos tres países. Incluso, durante el reciente viaje papal a Ecuador, Paraguay y Bolivia se dio por descontado que el trayecto siguiente por América del Sur comprendería la recorrida por la Argentina, Chile y Uruguay, en el año del Bicentenario de la Independencia nacional.
"Hay bastante de eso. No está desenfocada la visión de que el año próximo no habrá viaje", dijo ayer a este diario otra fuente con contactos fluidos con la Iglesia y con el peronismo, al dar crédito a la decisión de postergar el viaje papal.
Estimó, además, difícil que en medio de la campaña electoral que se desarrolla en estos meses se difunda oficialmente la noticia de que Francisco no llegará finalmente a la Argentina el año próximo.
La noticia de la eventual cancelación de la segunda gira papal por América del Sur se conoce, además, después de que en Chile no fue muy bien recibido el respaldo que Francisco le dio al presidente de Bolivia, Evo Morales, en su reclamo en favor de una salida al mar, en la disputa histórica que mantiene con el país trasandino. La presidenta Bachelet, que se ha enfrentado con sectores de la Iglesia por los proyectos legislativos que propician la despenalización del aborto, se vio sorprendida por el abierto apoyo del Papa a su país vecino en la última visita que hizo el Sumo Pontífice a Bolivia. En sondeos recientes en Chile, la imagen de Francisco se habría debilitado.
Convencidos de que el propio Papa maneja y conoce su agenda, en el Vaticano sólo dan por seguros los viajes y actividades que él mismo confirma. En ese sentido, se sabe que irá a Cracovia -donde Juan Pablo II ejerció veinte años como obispo- para presidir la Jornada Mundial de la Juventud, cuya anterior edición se realizó en julio de 2013 en Río de Janeiro. En aquella ocasión, Francisco prometió volver a Brasil en 2017, con motivo de cumplirse 300 años del santuario de Nuestra Señora de Aparecida.
ENCUENTRO CON JÓVENES
La fuente vaticana estimó, así, que el Pontífice aprovecharía ese viaje para recorrer el itinerario pendiente de la Argentina, Chile y Uruguay. Su regreso al santuario de Aparecida, donde en julio de 2013 convocó a los jóvenes a ser protagonistas, se daría diez años después de la recordada asamblea de obispos latinoamericanos, en la que el entonces cardenal Jorge Bergoglio tuvo un papel preponderante en la redacción del documento final, en el que la Iglesia del Nuevo Continente advierte sobre la corrupción, el clientelismo y la pobreza. Ese documento es el antecedente de su programa pontificio y es el que les entrega personalmente a los presidentes que lo visitan en el Vaticano. De hecho, Francisco le entregó ese documento a Cristina Kirchner en su primer encuentro en el Vaticano poco después de que fue nombrado Papa.
LA AGENDA DEL PONTÍFICE
Visita a Polonia
Según fuentes del Vaticano, durante 2016 el Papa viajará sólo a Polonia, en julio, para la Jornada Mundial de la Juventud
Viaje postergado
Aunque nunca se confirmó, se estimaba que Francisco iba a visitar la Argentina, Chile y Uruguay el año que viene. En caso de que la visita suceda, tendrá que esperar un año más
Brasil, en 2017
En su visita a Brasil en 2013, el Sumo Pontífice había prometido volver en 2017. En el Vaticano sugirieron que ésa podría ser la oportunidad para que llegue a la Argentina.
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