El miércoles ingresarán a la Capilla Sixtina 133 cardenales, muchos no se conocen o han coincidido poco. Además, provienen de 71 países, de los cuales 12 nunca estuvieron representados. Está diversidad, podría requerir una votación papal más extensa.
Por: Sergio Rubin
Una preocupación comienza a crecer en el Vaticano: que los cardenales no logren ponerse de acuerdo en los dos o, como máximo, tres primeros días de votaciones sobre un candidato a papa que alcance los dos tercios de los votos requeridos y que el cónclave se prolongue, dando la sensación al mundo de que la Iglesia católica está muy dividida.
La inquietud tiene sus fundamentos. Será el primer cónclave más numeroso y diverso: ingresarán a la Capilla Sixtina 133 cardenales menores de 80 años -deberían haber sido 135, pero dos están enfermos- provenientes de 71 países. Nunca habían sido tantos (en el último fueron 105), ni de tantas naciones.
Además, muchos de ellos se conocen poco entre sí o directamente no se conocen por dos razones: la primera es que Francisco, con su propósito de apuntar como él decía a las “periferias geográficas” creó cardenales que nunca se relacionaron con otros purpurados, ni participaron de conciliábulos en el Vaticano.
La segunda razón es que Francisco creó muchos cardenales durante su pontificado, algunos en los últimos meses. De hecho, el último consistorio -la ceremonia en la que el papa los crea- fue en diciembre y de los 21 nuevos purpurados, 20 tienen menos de 80 años, o sea, son electores.
En 1978, la elección de Juan Pablo II demandó tres días (fue en la octava votación, luego de que ni conservadores, ni los progresistas pudieron imponer un candidato y hubo que buscar un “tapado”); en 2005, la de Benedicto XVI, dos días (fue en la cuarta votación), y en 2013, la de Francisco en dos días (fue en la quinta votación).
Ahora, hay quienes creen bastante probable que habría que esperar hasta el cuarto día de votación para que surja el nuevo papa. Como el cónclave comienza el miércoles con una votación a la tarde -en los días sucesivos son cuatro las votaciones diarias- ello significaría que recién el sábado podría producirse la famosa fumata blanca.
La muerte de un papa dispara los intercambios entre los cardenales acerca de cuál sería el mejor candidato. Si bien en los plenarios que tienen previos al cónclave -este lunes será el último- debaten la situación de la Iglesia y el perfil del futuro pontífice, es en las comidas y donde se alojan cuando intercambian impresiones.
Los números de cada "bando"
Esta vez no puede hablarse de conservadores y progresistas en número más o menos parecido como en 1978, sino más bien de tres grupos: uno mayoritario de perfil moderado que está por la continuidad del espíritu de Francisco, pero sin cambios modernizadores osados como los que encaraba el pontífice argentino.
Otro grupo, menos numeroso, es el que no sólo anhela la continuidad de la concepción de Francisco, sino una profundización de sus iniciativas de cambios. Y, finalmente, un grupo de conservadores, minoritario, que quiere una vuelta atrás de varias de las modificaciones introducidas por Jorge Bergoglio.
Esto podría llevar a especular que de los dos primeros grupos podría surgir un candidato de consenso que lograra los dos tercios de los votos. Y que acaso esa figura no esté en ninguno de los pronósticos que viene publicando la prensa. Pero también puede ocurrir que encontrar a ese cardenal tarde y se alargue el cónclave.
El hecho de que la gran mayoría de los cardenales electores -108 sobre 133- fueron creados por Francisco puede dar la impresión de que se elegiría prontamente a alguien que se le parezca. Pero no todos tienen el mismo perfil y los cónclaves suelen ser autónomos. No obstante, se cree que alguna incidencia tendrá.
Benedicto XVI creó 21 de los cardenales electores y Juan Pablo II cuatro. La edad promedio de los cardenales que entrarán a la Capilla Sixtina ronda los 72 años; la mayoría -un total de 75- tiene entre 71 y 80 años; le siguen 45, entre 60 y 70 años, y finalmente 15, menos de 60.
El más veterano en participar será el español Carlos Osoro Sierra, que cumplirá los 80 años el 16 de este mes, mientras que el más joven será el australiano por adopción Mikola Bychok, de 45 años, obispo eparquial de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne de los ucranianos.
Europa es el continente más representado con 53 cardenales, seguido de 37 americanos (16 de América del Norte, 4 de Centroamérica y 17 de Sudamérica), 23 asiáticos, 18 africanos y 4 de Oceanía. Por naciones, estarán cardenales de 18 europeas, 17 asiáticas, 17 africanas, 14 americanas y 4 de Oceanía.
Por primera vez entrarán 12 cardenales de países que nunca estuvieron representados: Haití, Cabo Verde, República Centroafricana, Papúa Nueva Guinea, Malasia, Suecia, Luxemburgo, Timor Oriental, Singapur, Paraguay, Sudán y Serbia.
Está diversidad, pues, es un factor que contribuye a la especulación de que el cónclave se prolongue.
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