En un mensaje pronunciado por el cardenal Parolin durante la Conferencia de la ONU sobre el Clima en Belém, Brasil, León XIV llama a una acción urgente y a una “conversión ecológica” basada en la responsabilidad, la justicia y la solidaridad.
Por: Linda Bordoni – Ciudad del Vaticano
El Papa León XIV instó a los líderes mundiales reunidos en Belém, Brasil, para la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) a asumir compromisos valientes y concretos para el cuidado de la creación, recordándoles que la paz y la responsabilidad ambiental están inseparablemente unidas.
Transmitiendo el mensaje del Pontífice, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, dijo a los delegados: “Si quieren cultivar la paz, cuiden la creación”. Las palabras del Papa, afirmó, reflejan la convicción de que cuidar de nuestra casa común es tanto un deber moral como un camino hacia una paz duradera.
Paz y creación: una relación inseparable
En su mensaje, el Papa señaló que, aunque la atención mundial suele centrarse en guerras y conflictos, la paz también se ve gravemente amenazada “por la falta de un debido respeto a la creación, por el saqueo de los recursos naturales y por un progresivo deterioro de la calidad de vida debido al cambio climático”.
“Estos desafíos ponen en peligro la vida de todos en este planeta”, afirmó, “y exigen por ello una cooperación internacional y un multilateralismo cohesionado y con visión de futuro, que sitúe en el centro la sacralidad de la vida, la dignidad dada por Dios a cada ser humano y el bien común”.
“En medio de un mundo en llamas, a causa tanto del calentamiento global como de los conflictos armados, esta Conferencia debería convertirse en un signo de esperanza.”
Una responsabilidad moral
Recordando las palabras de san Juan Pablo II, el Papa León insistió en que la crisis ecológica “es una cuestión moral” que exige un renovado sentido de solidaridad entre las naciones.
“Los Estados deben compartir cada vez más la responsabilidad, de manera complementaria, de promover un entorno natural y social que sea a la vez pacífico y saludable”, dijo.
Señaló que los más pobres y vulnerables “son los primeros en sufrir los devastadores efectos del cambio climático, la deforestación y la contaminación”, y subrayó que cuidar la creación es, por tanto, “una expresión de humanidad y de solidaridad”.
“Debemos transformar las palabras y reflexiones en decisiones y acciones basadas en la responsabilidad, la justicia y la equidad.”
De las palabras a la acción
Al recordar el Acuerdo de París de 2015, el Papa señaló que “el camino para alcanzar los objetivos establecidos en ese Acuerdo sigue siendo largo y complejo”. Instó a los países a “acelerar con valentía la aplicación del Acuerdo de París y de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático”.
Con motivo del décimo aniversario de la encíclica Laudato si’, recordó a los participantes que “el clima es un bien común, que pertenece a todos y está destinado a todos”.
“Que todos los participantes de esta COP30”, añadió, “se sientan inspirados a asumir con valentía esta conversión ecológica en el pensamiento y en las acciones, teniendo siempre presente el rostro humano de la crisis climática”.
Una nueva visión financiera
El Papa León pidió además “una nueva arquitectura financiera internacional centrada en la persona humana” para garantizar que todas las naciones, especialmente “las más pobres y las más vulnerables a los desastres climáticos”, puedan desarrollar su potencial y proteger la dignidad de sus ciudadanos.
Tal estructura, añadió, también debería reconocer “el vínculo entre la deuda ecológica y la deuda externa”.
Asimismo, llamó a promover “una educación en ecología integral” que ayude a individuos y comunidades a comprender cómo las decisiones cotidianas —personales, familiares y políticas— moldean el futuro de la humanidad.
Un compromiso con el futuro
Al concluir su mensaje, el Papa exhortó a los participantes “a proteger y cuidar la creación que Dios nos ha confiado para construir un mundo pacífico”.
Aseguró sus oraciones por todos los implicados en la COP30 mientras toman decisiones importantes para el bien común y el futuro de la humanidad, y añadió:
“Que esta conversión ecológica inspire el desarrollo de una nueva solidaridad que salvaguarde tanto la creación como la dignidad humana.”



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