Monjas argentinas ya habitan en el último hogar de Benedicto XVI a petición del Papa Francisco

Monjas argentinas ya habitan en el último hogar de Benedicto XVI a petición del Papa Francisco

Por Almudena Martínez-Bordiú

La Ciudad del Vaticano cuenta con nuevas inquilinas: siete religiosas procedentes de Argentina que a petición del Papa Francisco vivirán en Mater Ecclesiae, la casa donde residió Benedicto XVI durante casi una década.

En concreto, se trata de seis monjas y su abadesa de la Orden Benedictina, que desarrollaban su vida religiosa en la Abadía de Santa Escolástica en Victoria situada en la Provincia de Buenos Aires, dentro de la Diócesis de San Isidro (Argentina).

Las religiosas aterrizaron en Roma en la mañana del 3 de enero y fueron recibidas por el Cardenal Fernando Vérguez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, responsable de todo lo referido al Monasterio.

Antes de dirigirse a su nuevo hogar, las monjas benedictinas visitaron la réplica de la Gruta de Lourdes en los jardines vaticanos para rezar y cantar ante la imagen de la Virgen. 

El 6 de enero, las religiosas participaron en la Santa Misa de la Epifanía en la Basílica de San Pedro. Al finalizar la celebración, el Papa Francisco las saludó: “Bienvenidas de todo corazón. Ustedes van a poner espiritualidad, muchas gracias”, dijo el Santo Padre a las religiosas. 

La finalidad de Mater Ecclesiae MÁS EN VATICANOMonjas argentinas habitarán la última morada de Benedicto XVI a petición del Papa FranciscoLeer la noticiaLAS MÁS LEÍDAS15 películas católicas que se estrenaron en 20232Reaparece polémico libro sobre “espiritualidad y sensualidad” del hoy Cardenal Víctor Fernández3Hoy celebramos a San Julián y Santa Basilisa, esposos bendecidos con el amor y la pureza4Cardenal Sarah respalda “firme oposición” a Fiducia supplicans de la Iglesia Católica en África5Presidente de Episcopado llama a defender la Eucaristía ante incitación sacrílega de vidente en Perú

Según detalló la Santa Sede, el Papa Francisco dispuso a través de una carta escrita el pasado 1 de octubre que el lugar “retome su finalidad original” de tal forma que “órdenes contemplativas sostengan al Santo Padre en su cotidiana solicitud por toda la Iglesia, por medio del ministerio de la oración, de la adoración, de la alabanza y de la reparación, siendo así presencia orante en el silencio y en la soledad”.

Por su parte, las monjas benedictinas aceptaron “generosamente la invitación”.

La que fue la última morada de Benedicto XVI, situada entre las colinas de estos jardines, fue erigida como monasterio femenino de vida contemplativa con el título de Mater Ecclesiae (Madre de la Iglesia) por San Juan Pablo II en 1994. 

El monasterio ha sido habitado entre 1994 y 2012 por cuatro comunidades pertenecientes a la Orden de Santa Clara, de las Carmelitas Descalzas, de San Benito y de la Visitación de Santa María. 

En el año 2013, tras la histórica renuncia de Benedicto XVI al papado, el monasterio se convirtió en su residencia, donde permaneció hasta su muerte el 31 de diciembre de 2022 en compañía del Arzobispo Mons. Georg Gänswein y cuatro mujeres consagradas. 

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