El titular del Episcopado, José María Arancedo, volvió sobre el tema en medio de la polémica por la falta de estadísticas.
La Iglesia exhortó a “despertar la conciencia, a veces aletargada, ante el drama de la pobreza, del pobre, del que sufre”. Fue por boca del titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, en la misa de apertura del plenario de obispos que delibera esta semana en Pilar.
El llamado de Arancedo se produce en medio de una polémica sobre la falta de estadísticas oficiales sobre la cantidad de pobres que hay en el país y que el Gobierno se resiste a medir por considerar, según declaraciones del ministro de Economía, Axel Kiciloff, que eso implica “estigmatizar” a los más desfavorecidos.
Un grupo de técnicos desplazados del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) calculó la semana pasada que a fines de 2014 la pobreza alcanzaba al 25,1% de la población, lo que equivale a 9,6 millones de personas. Esta cifra es 4,7 puntos porcentuales más alta que la que existía a fines de 2013. En tanto que, desde el sector privado, la consultora Ecolatina estimó que el año pasado llegó a 27%.
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica está terminando su encuesta sobre pobreza, que también arrojaría para fines de 2014 un volumen mayor respecto de su medición de 2013, cuando la estableció en 27, 5 %. La última medición del INDEC, en 2013, la calculó en 4,9 por ciento.
Arancedo se refirió a la pobreza al aludir al “Año de la Misericordia” al que convocó a toda la Iglesia el Papa Francisco a partir de diciembre. En ese sentido, el titular del Episcopado consideró que “el Año Santo es un tiempo oportuno” para ser sensibles al drama del pobre.
Al abundar sobre la misericordia, Arancedo dijo que el Papa recuerda que “el pretender siempre solamente la justicia nos puede hacer olvidar que ella es el primer paso necesario e indispensable, pero la Iglesia necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y significativa”.
“Cuando la justicia se orienta a la reconciliación se abre el camino hacia la concordia, la fraternidad y la amistad social, tan necesarias en la vida y el futuro de toda la comunidad”, añadió.
Y completó: “Frente a tantas situaciones de precariedad y sufrimiento (el Papa) nos manifiesta el deseo de que todo el pueblo cristiano reflexione en este Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales”.
El plenario de obispos -que sesiona en la casa de retiros El Cenáculo- finalizará el sábado sin que se espere por ahora una declaración sobre la actualidad.
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