“Me siento con el deber cumplido de la tarea encomendada”, fueron las palabras del artesano atyreño, Isabelino “Rey” Maidana, tras presentar el trono que usará el papa Francisco durante la misa que oficiará en Caacupé, el próximo 11 de julio.

Minutos antes de concluir la celebración litúrgica, habitual de los domingos de mañana en el Santuario de Caacupé, monseñor Claudio Giménez presentó a la feligresía la silla en la que se sentará Francisco durante la misa que oficiará en Caacupé.

Aún cubierto con una manta fue llevado ante el altar mayor y hasta allí fueron convocados el artesano atyreño “Rey” Maidana y la ceramista Graciela Mena, el embajador Ceferino Valdés y autoridades atyreñas, para que presenten el sillón ya concluido.

Además de entregar oficialmente el trono para el Papa, también fueron entregados los cuatro sillones que ocuparán sus concelebrantes. Es la segunda vez que Maidana prepara asientos para un Pontífice, ya que en 1988, también había fabricado el trono que utilizó San Juan Pablo II.

Si bien las especificaciones para la fabricación de la silla papal fueron enviadas desde Roma, Maidana se encargó de tallar la parte superior de la cabecera y también las patas que fueron pintadas en dorado, mientras que el asiento fue tapizado con cuero de primera. “Pensaba lucirme con esa silla, envié el modelo de una silla principesca. Pensaba de manera orgullosa, me vino de allá (de Roma) una enseñanza de humildad”, comentó el artesano al referirse al trabajo que realizó.

Si bien no quiso hablar del monto que costó el trabajo, el embajador Ceferino Valdés sostuvo que el trono de Francisco fue pagado con recursos de la Itaipú Binacional, al igual que el retablo que está realizando el artista plástico Koki Ruiz para la misa de Ñu Guasu, prevista para el domingo 12 de julio.

En el centro del tallado está incrustada una imagen de la Virgen de Caacupé, hecha por la ceramista Graciela Mena, en porcelana japonesa. Además de llevar incrustaciones en oro, también tiene diamantes.

Tanto para la fabricación de la silla para Francisco, así como para la de sus acompañantes, el artesano utilizó más de 800 pulgadas de cedro, 120 pies de cuero vaqueta curtido a plomo para el tapizado y alrededor de 5.000 tachas para adornar.