Discurso del presidente de la DAIA en el acto por Iom Hashoá

Discurso del presidente de la DAIA en el acto por Iom Hashoá

Qué difícil es trasmitir un mensaje de esperanza después de ver lo que hemos visto. Después de haber concretado que el mundo permitió que pasara lo que pasó. Cuando hoy el mundo se raja las vestiduras, y me parece bien, cuando alguien muere.

Y me parece bien porque una vida humana no vale ninguna política. Pero, ¿qué pasó con el mundo que no vio que seis millones de personas eran masacradas? ¿No vio que un millón y medio de niños, que hoy deberían ser hombres, fueron masacrados? Porque este joven que estuvo acá hace un ratito tenía razón: ellos son el presente, aceptemos que somos el pasado, y el futuro serán los más jóvenes.  Hoy asistimos impávidos a quienes, de una u otra manera, se atreven a negar la representatividad política de la DAIA como representante único de los judíos en la Argentina. Hace unos minutos Eva dijo: “Cuidado, porque empieza con un poquito” y después no se los puede parar. O es acaso que cuando nuestra presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, habla y dice: “El Gobierno se expresa para los cuarenta millones de argentinos, todos los argentinos están de acuerdo”. Hay algunos que piensan distinto y eso los hace que no los represente. Si fue elegida democráticamente, y nosotros también, no podemos permitir que las formas democráticas de la elección se ataquen porque costó mucha sangre volver a tener la democracia. ¿O acaso no hubo jóvenes judíos que fueron a morir a las Malvinas? Ellos no eran argentinos de origen judío, ellos eran argentinos judíos con corazón, con sentimiento.No alcanza con decir, como se dijo recién, que nacimos acá. Nosotros nacimos acá, trabajamos acá y sentimos a la Argentina con nuestro corazón, no por ser argentinos de origen judío sino por ser argentinos judíos de verdad. No se dejen engañar, aquellos que nos gobiernan, por las palabras de algunos, pretenden hacerles creer que esta DAIA pacta con fondos buitres o con cualquiera que sea enemigo de nuestro país. Dejamos abiertas las puertas de nuestras instituciones, de nuestros celulares, para que vean si alguna vez pactamos o hablamos con alguien como escuchamos que hablan otros.  Cuidado, porque el antisemitismo es combustible y cualquier chispa provoca un incendio, y después no nos podemos arrepentir. La Shoá, a pesar del dolor que nos causa no nació en la Noche de los Cristales. La Shoá tuvo antecedentes que el mundo no quiso ver y los judíos de ese mundo tampoco. Pero cuidado, la estrella de David nosotros la llevamos en nuestro corazón y no vamos a dejar de usarla, por eso decimos que tengamos presente que nosotros somos parte de este país, trabajamos para este país y cuando algún hecho de discriminación sucede no miramos si es del oficialismo o de oposición, salimos a denunciarlo. Y lo hicimos en enero del 2013 cuando el ministro de Economía fue insultado y agredido en un barco de Buquebus, y lo hicimos ahora nuevamente cuando fue atacado. Salimos a criticar a los dirigentes que alegremente banalizan a la Shoá comparando a funcionarios con líderes del régimen nazi, porque nosotros somos fieles a nuestra misión, no importa cuál sea el colectivo que resulta discriminado. Reitero, somos argentinos, argentinos por nacimiento, por sentimiento y por convicción, y somos argentinos no sólo por nuestro origen. Somos judíos porque lo sentimos así, porque llevamos en nuestro corazón ese sentimiento, esa cultura milenaria que nos da vida y nos hace trabajar en este país. Aquellos que nos quieren dividir que tengan cuidado, porque cuando esa gente marchó a los campos, nadie les preguntó si se sentían representados por la DAIA o no. Reitero, no aceptemos calumnias. No tenemos nada que ver ni tenemos intereses económicos. Lo dijimos claramente: nuestras casas, nuestros negocios, nuestras cuentas, nuestros teléfonos están abiertos a que cualquier fiscal venga mañana. Es nuestra conducta y a partir de ahí excluyamos a aquellos que plantean la desunión de la comunidad judía y de la comunidad argentina. Somos argentinos, somos judíos y en nuestro pecho late un corazón, y mientras lata seguiremos siendo argentinos judíos no sólo por el origen. Pero cuando deje de latir, porque se puede dar, están nuestros hijos y todos los jóvenes que están ahí arriba para continuar con este legado. Por qué a partir de ahí vamos a recuperar, vamos a mantener la dignidad del hombre judío, del argentino judío que vino acá a trabajar por el país. Gracias.

 

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