Por: Federico Wals. Pasaron cinco años y como en cada aniversario, los recuerdos de lo que paso ese día, vuelven como si fuera ayer.
Un lunes 25 de febrero de 2013, mi vida cambiaría para siempre. Pasaron cinco años y como en cada aniversario, los recuerdos de lo que paso ese día, vuelven como si fuera ayer. Ante mi provocativa pregunta: "¿padre está seguro que va a volver?", él se echó a reir, simplemente repitiendo "nos vemos a la vuelta" y en el fondo tuve esa sencación de que había sido la última charla con el padre Jorge, porque él no volvería. Dieciséis días después, era elegido Papa.
Con el enorme gesto de humildad de Benedicto XVI de renunciar, comenzaron a surgir propuestas e ideas del ”modelo” de Iglesia que los católicos alredor del mundo pedían a los cardenales... Y entre quienes lo conocíamos y que a la vez lo escuchábamos entre existía cierta intuición que Bergoglio era candidato: su sencillez, su humildad, su calidez humana y su evangélica visión de la Iglesia como una familia que recibe con los brazos abiertos, marcaron y marcan su pontificado. Por eso, para quienes compartimos con él parte se su camino, Francisco es un padre cercano, el de siempre, pero de un modo distinto.
A cinco años de su elección como sucesor de Pedro, su Magisterio nos muestra un pontificado de cercanía con los que necesitan sentir el amor y la misericordia de Dios sin ser juzgados ni sintiéndose indignos a los ojos de Dios. Pobres, ancianos, migrantes, víctimas de trata y tráfico, desempleados, adictos, madres solteras, cartoneros... a todos se les une en el dolor haciéndolo propio pidiéndoles que no se dejen robar la esperanza ni que se olviden de Jesús que camina a su lado.
En un nuevo aniversario de aquel día, y analizando lo recorrido en los últimos 365 días, queda claro que con cada una de sus acciones ratificó y ratifica un liderazgo que traspasa las fronteras de la religión para convertirse en parámetro de un nuevo orden mundial. Su prédica inquisidora a juzgar de los grandes intereses internacionales es una voz firme que pregona, casi a contramano, un desarrollo humano sostenible.
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