La publicación de Vía Crucis, en 2012, y ahora Avarizia, fueron dos duros llamados de atención a la Curia.
El Vaticano abrió una investigación sobre los periodistas italianos Emiliano Fittipaldi y Gianluigi Nuzzi, autores de dos libros basados en información reservada del Vaticano: Via Crucis, escrito por Nuzzi, quien develó el escándalo Vatileaks en 2012, y Avarizia, de Fittipaldi.
"En los últimos días aparecieron en agencias y órganos de prensa artículos que refieren de modo parcial e impreciso al contenido de un documento confidencial, impulsando la hipótesis de que en el pasado la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) haya sido utilizada para llevar a cabo una actividad financiera ilícita", informó el vocero papal, Federico Lombardi, en un comunicado.
Por esa razón, la Santa Sede anunció que se encuentra investigando la filtración del documento, lo que repercute directamente en los autores de ambas textos y en quienes les habrían acercado la información que sirvió de base.
Los libros estuvieron basados en reportes internos que revelaron pérdidas millonarias en los negocios inmobiliarios del Vaticano, más pérdidas en las tiendas libres de impuestos que mantiene la Santa Sede, los gastos exorbitantes requeridos para cada canonización, además de la avaricia de monseñores y cardenales que ansiaban residencias lujosas.
En particular fue mencionado el nombre del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado del Papa Benedicto XVI y quien es ampliamente criticado por los problemas que atribularon a ese papado. Bertone es la persona más nombrada en los documentos publicados por el libro de Nuzzi en el 2012, y según algunos fue ello el motivo de la renuncia de Benedicto XVI.
El semanario L'Espresso informó de la investigación sobre ambos periodistas italianos y publicó un comentario de Fittipaldi, en el que el trabajador de prensa aseguró que se trata de un contraataque del "poder" pero que asume el riesgo.
"Cuando el periodismo de investigación descubre escándalos y secretos que el poder, también el poder temporal del Vaticano, quiere mantener ocultos, ese poder se defiende, contraatacando", afirmó Fittipaldi.
En el comunicado, Lombardi confirmó que la Santa Sede investiga a ambos trabajadores de prensa. "La gendarmería vaticana, en calidad de policía judicial, había señalado a la magistratura vaticana la actividad desarrollada por los dos periodistas Nuzzi y Fittipaldi, como posible participación en el delito de difusión de noticias y documentos reservados", aseguró el vocero.
Ambos trabajadores de prensa se hicieron eco de la investigación en mensajes enviados desde sus propios perfiles de la red social Twitter.
El portavoz vaticano añadió que también "están siendo investigadas algunas otras personas que podrían haber cooperado en la filtración de los documentos reservados en cuestión".
Algunos medios italianos publicaron que los adversarios conservadores del Papa Francisco intentan obstaculizar sus esfuerzos de hacer más transparentes las finanzas vaticanas.



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