La torre de Babel, una postura judía frente a la individualidad

La torre de Babel, una postura judía frente a la individualidad

La historia de la torre de Babel es una de las más crípticas en la Torá; narra el momento en que la humanidad decidió crear una torre tan alta que llegara al cielo para darse Gloria a sí misma. D-os dispersa su lenguaje y hace que no puedan concluir su proyecto. A lo largo de los siglos distintas tradiciones y culturas se han preguntado ¿cuál era el problema con esta torre? ¿qué quiere decir que D-os los haya dispersado y no les haya permitido continuar con el proyecto? En la literatura moderna y distópica se usa este ejemplo para retratar un mundo hostil, un D-os celoso, una imposibilidad de crear contacto y cercanía humana; mientras que en la literatura cristiana muchas veces se usa como un ejemplo de la soberbia humana. La postura judía diverge un poco trataremos de acercarnos a ella en rasgos generales a través del midrash (relatos de la tradición oral) y los comentarios de rab Hirsch.

La torre de Babel

Uno de los midrashim más famosos sobre la torre de Babel nos dice que la torre era tan alta que requería de al menos un año para subir el material a la cima, esto hizo que la gente empezará a dar mayor valor al material mismo que a la vida humana. Lloraban, hacían luto y gritaban cuando un ladrillo caía y no podía ser recuperado, pero sentían indiferencia cuando una persona se caía de la torre. Incluso narran que no se les permitía a mujeres embarazadas y enfermos descansar de su trabajo y se les miraba con desprecio por alentar el proyecto.

El análisis que varios comentaristas han hecho y que también se señala a través del midrash es como la torre de Babel muestra una sociedad que anula al individuo; donde el proyecto conjunto se vuelve más importante que el bienestar individual de la persona. De esto rab Hirsch escribe:

Comentario de rab Hirsch sobre la comunidad y el individuo

Construyeron una ciudad con una torre poderosa. En ello no habría ningún daño. La idea básica que hizo de esta construcción un acto criminal fue: “Su cima llegará hasta los cielos; nos haremos un nombre” (4).

Es cierto que D-os espera que los hombres, como individuos, formen comunidades y vivan juntos. Pero su tarea y objetivo en la vida no será otro que el del individuo: Servir a D-os. Estos hombres, sin embargo, se adhirieron a ideas que iban a poner en peligro todo el futuro de la humanidad: Si el individuo es débil, la comunidad es todopoderosa. El individuo muere, pero la comunidad es inmortal. La tarea del individuo es servir a la comunidad y a sus propósitos. Y estos constructores de torres sólo conocen un objetivo: servir, no a D-os, sino a ellos mismos y a su gloria. La vida del individuo debe estar dedicada, no a D-os, sino a la “nación”, a su gloria y grandeza. La comunidad se convierte en la propia Deidad, cuya torre llega hasta los cielos, ¡y destrona a D-os!

Algunos detalles sobre el comentario

El comentario es muy claro, el problema del enfoque en quienes construyeron la torre de Babel radica en poner por en cima la nación que el desarrollo individual; en ver a las comunidades no como una suma de individuos donde hay una ayuda mutua sino al individuo como defectuoso que debe asirse a una comunidad para fortalecerse; critica toda forma utilitaria de ver al hombre. La comunidad que la Torá y rab Hirsch proponen debe ser una comunidad que entienda la importancia y aprecie profundamente el valor de la independencia y la individualidad. Lo interesante aquí es que el servicio a D-os no se mira como opresivo sino como parte del desarrollo de la individualidad y la personalidad. Esto se complementa con los comentarios que tiene rab Hirsch sobre la Creación.

La gran diferencia entre servir a D-os y el servicio que se hacía en la torre de Babel radica en que el servicio a D-os es individual y escogido; parte del conocimiento de nosotros mismos y de un deseo de regresar al mundo las bendiciones que hemos recibido de este. No busca hacer nuestro nombre grande, sino el nombre de D-os, es decir, la bondad, la armonía, la belleza, las cosas a las que asignamos valor y que enriquecen el mundo como lo conocemos. Es la construcción y continuación del Edén y en todo momento es una postura personal que reconoce el valor y la existencia de quienes nos rodean.

En los pasajes previos a la torre de Babel y durante los mismos dentro del marco del conflicto entre el individuo y la comunidad también se habla mucho del rol que juega el lenguaje en el asunto; pues en la Torá se menciona que todos hablaban la misma lengua y que D-os los dispersa por el mundo cambiando su lenguaje. Se habla también de Nimrod, quien dirigió la construcción de la torre

Nimrod y las dos caras del lenguajeEl primer tirano

Lo primero que se menciona de Nimrod en la Torá es su habilidad como cazador y la fortaleza de su imagen. En los comentarios judíos aparece como el primer tirano de la Torá. Se destaca su habilidad verbal, su carisma. Se habla de el como un cazador de personas (un encantador por así decirlo) más que un cazador de animales, su gran habilidad era poder presentar sus objetivos personales como divinos, es el primero en hacerle creer a la humanidad que podemos luchar por grandes ideales subyugando la libertad de los demás. Una postura con la cual la filosofía judía siempre estará en contra. Con él empieza la distorsión de la unión social.

Nimrod se convirtió en el primer “héroe de la tierra” (9): Supo subyugar a naciones enteras. Fundó el primer “reino” de la tierra. Lo hizo persiguiendo y atrapando a los hombres mediante trucos engañosos (esto es lo que probablemente significa “era un héroe de la caza”). Para ello utilizó a D-os. Oprimió a los hombres en nombre de D-os como si D-os lo exigiera. Los dictadores “por la gracia de D-os”, embriagados por el poder y la brutalidad, pueden encontrar sus prototipos en Nimrod. Como Nimrod, saben esconder la política del poder bajo el halo de la devoción piadosa.

La importancia de la diversidad en la lengua

Algo que es muy importante en el comentario de rab Hirsch y en el texto mismo de la Torá es el énfasis que se hace sobre la lengua. Uno de los elementos nocivos de la torre de Babel es que todos hablaban el mismo idioma, el problema con ello no es el lenguaje en sí mismo sino que eso es metáfora de que no tenían divergencias; todos tenían la misma postura política, social, etc que partía de un absoluto y no una individualidad, unos eran copias de los otros.

“se movía un solo ‘labio’ en la tierra” ( 11, 1), aunque en varias “lenguas” (10, 5), significa que los hombres hablaban una sola lengua en varios dialectos; sus palabras eran “uniformes”, pues, en general, sus pensamientos, expresados en las palabras de la lengua, también eran “uniformes”. Y luego la Torá relata cómo los hombres dejaron el “Oriente”, donde estaba la cuna de la raza humana, y se trasladaron al Occidente y se establecieron en Shinor, donde Nimrod había establecido su gobierno.

Es D-os quien mete diferencias entre ellos y los fuerza a dividirse, de esta forma los grupos humanos pueden volver a tener un carácter individual; las personas son libres de crear una perspectiva propia nuevamente.

La diferencia entre Abraham y Nimrod

La Torá, al terminar de narrar los sucesos de Babel empieza hablar de las generaciones que llevaron al nacimiento de Abraham y cuenta la historia de Abraham y Sara. Hay un contraste muy fuerte entre Abraham y Nimrod, en su rol como líderes y el tipo de comunidades que buscan construir. El comentario plantea que estos arquetipos los tenemos presentes en todo tipo de comunidades de forma continua. Siempre habrá personajes políticos que busquen crear fascinación y erigirse como figuras de gloria, salvación o fuerza, que busquen dominar y creen los ambientes necesarios para la guerra. Por el otro lado también existirán personas que tengan un compromiso sincero con D-os y busquen el bienestar de quienes los rodean, aprendan a conocerse y crear comunidades solidas. Quienes siguen a Abraham a lo largo de los siglos buscan crear comunidades que en el centro tengan a D-os y los principios comunitarios de respeto, no sólo en apariencia.

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