“La Santísima Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, en donde ella participa ya en la gloria de la resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su cuerpo" (CEC 974). De esta manera, recuerda el Catecismo, María asunta se convierte en signo viviente de la promesa cumplida, en adelanto y estímulo para quienes esperan en Dios.
“La Santísima Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, en donde ella participa ya en la gloria de la resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su cuerpo" (CEC 974). De esta manera, recuerda el Catecismo, María asunta se convierte en signo viviente de la promesa cumplida, en adelanto y estímulo para quienes esperan en Dios.
Así pues, creer en la Asunción constituye una respuesta auténtica a la invitación amorosa que Dios nos hace desde toda la eternidad a participar de su vida íntima. Es necesario, por lo tanto, reparar en la importancia de María dentro del plan de salvación y acoger una verdad (dogma mariano) cuyo carácter es central para la salvación. La Madre elevada a las alturas, cerca de la Trinidad, permite avizorar la gran meta a la que aspira todo cristiano.
Dios en su infinita benevolencia
“La Inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, terminado el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial”.
Estas líneas pertenecen a la constitución apostólica Munificentissimus Deus (Benevolísimo Dios), con la que el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de María el 1 de noviembre de 1950. A partir de entonces, cada 15 de agosto celebramos la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María.
A lo largo de su historia, la Iglesia Católica ha proclamado cuatro dogmas marianos: María es Madre de Dios (Maternidad divina), María es siempre Virgen (Virginidad perpetua), María fue preservada del pecado original (Inmaculada Concepción) y María fue asunta a los cielos (Asunción).
Caminando a Casa de la mano de María
San Juan Pablo II, al referirse al dogma de la Asunción en 1997, explicó: “Mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio".
Posteriormente, Benedicto XVI, en 2011, afirmó: "María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”.
Finalmente, el Papa Francisco, refiriéndose al acto por el que María dejó este mundo pasajero para ir a habitar la Casa del Padre, recordaba en el año 2013 que “esto no significa que [Ella] esté lejos, que se separe de nosotros; María, por el contrario, nos acompaña, lucha con nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal”.
El dogma de la Asunción
Si quieres conocer más sobre la Asunción de María, te recomendamos este artículo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Dogma_de_la_Asunción_de_la_Santísima_Virgen_María.
5 claves para entender el dogma de la Asunción de la Virgen María
Cada 15 de agosto celebramos el dogma de la Asunción de la Virgen María a los cielos, aquí algunos puntos importantes que nos ayudarán a entender mejor esta verdad de fe:
¿La Virgen María murió antes de ser llevada al Cielo? Esto dice el Padre Fortea
A un día de celebrarse la Solemnidad de la Asunción, algunos se preguntan si la Virgen María murió o estaba viva antes de ser llevada al Cielo. El famoso teólogo español José Antonio Fortea responde a esta inquietud
¿La Virgen María murió antes de ser llevada al Cielo? Esto dice el Padre Fortea
A un día de celebrarse la Solemnidad de la Asunción, algunos se preguntan si la Virgen María murió o estaba viva antes de ser llevada al Cielo. El famoso teólogo español José Antonio Fortea responde a esta inquietud.
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