Sólo la Iglesia puede hacerlo. No hay institución en el país, y seguramente en el mundo, que tenga la capacidad, la autoridad y la iluminación desde la fe, para reunir a las más diversas expresiones de la política, el quehacer social, la educación, gremios, empresas, jóvenes, movimientos y comunidades.

Vale la pena repasar algunas presencias del año pasado. Por ejemplo, en el gremialismo, Antonio Caló, el Momo Venegas, entrañable amigo de Bergoglio, y Pablo Micheli, compartieron las jornadas. En el campo de la política, ocurre exactamente lo mismo. Figuras como Julián Domínguez, o María Eugenia Vidal, seguramente serán de la partida este año.

En este 2015 el lema invita a definir, sin grises, el gran desafío que se plantea el país y la humanidad, en un mundo donde cada vez más se advierten las profundas diferencias entre ricos y pobres, poderosos y débiles, democráticos y fundamentalistas: "¿Globalización de la indiferencia o globalización de la solidaridad?"

La Semana Social se organiza y desarrolla a partir de plenarios, mesas, comisiones y debates. Es una actividad verdaderamente abierta a todos. De manera simple y gratuita, todo ciudadano argentino está invitado a participar, inscribiéndose en www.semanasocial.org.ar 

Monseñor Jorge Casaretto ha expresado días atrás que no quiere que la Semana Social "se politice". El Obispo Emérito de San Isidro, símbolo de este encuentro anual, no quiere que algunos utilicen la reunión para hacer propaganda. Insiste en que temas como la pobreza, el narcotráfico, y la solidaridad se convertirán en los aspectos principales del encuentro.

Hoy, esta convocatoria es seguida también a nivel internacional. Por los pasillos del 13 de Julio, el Cardenal Jorge Bergoglio, hoy el Papa Francisco,  ha conversado y compartido mates, ha escuchado y ha hablado con todos, y su figura, su mensaje y sus palabras resuenan en cada mesa, dándole un carácter más fuerte e importante aún a las jornadas.

Todavía no hay confirmaciones de presencias del mundo de la política, el gremialismo y la economía. Pero está garantizado el debate. La Semana Social es el único espacio anual donde pueden encontrarse todos: Gobierno y oposición, mesa de enlace con productores agropecuarios a favor de las políticas actuales, comunidades de base y todos los movimientos dentro de la iglesia, CGT y CTA oficialistas y opositoras, barómetro de la deuda social de la UCA y defensores del INDEC, empresarios que piden un cambio urgente y otros que defienden las medidas de estos diez años y piden su continudad.

Este es otro de los grandes valores de la Iglesia argentina: Ser ese lugar aceptado y reconocido por todos, para el diálogo. Seguramente habrá discusiones, y serán fuertes. Habrá coincidencias y disidencias. Jesús se sentaba a la mesa del rico y el pobre. Escuchaba a todos. Hoy Francisco nos invita al mismo desafío. Y va más allá, porque además quiere comprometernos con la acción concreta: Si todos estamos de acuerdo en querer globalizar la solidaridad antes que la indiferencia, la pregunta es: ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO EN CONCRETO PARA LOGRARLO?

Desde el 26 de junio, a las 11 horas, en el Hotel 13 de Julio, 9 de Julio 2777, trataremos de encontrar respuestas, razones y estrategias para concretarlo.