El desconocimiento, el no escuchar a los demás y la falta de flexibilidad intelectual son las tres "causas profundas" de la guerra y de las injusticias que "destruyen la fraternidad humana", y que deben identificarse claramente si la humanidad quiere encontrar "sabiduría y paz".

El Papa Francisco reafirmó firmemente esta postura en un mensaje que dirigió el domingo a los participantes en el cuarto Congreso de PLURIEL, la Plataforma de Investigación Universitaria sobre el Islam en Europa y el Líbano, que tendrá lugar en Abu Dhabi del 4 al 7 de febrero.

La conferencia de cuatro días se articulará en torno a tres áreas temáticas que explorarán los diversos aspectos y desafíos inherentes a la promoción de la fraternidad humana con motivo del quinto aniversario de la Declaración sobre la “Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia”, firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyeb, el 4 de febrero de 2019.

El Papa “felicitó calurosamente” a los organizadores por el lugar y el tema elegido, en un momento en que la fraternidad y la convivencia global enfrentan desafíos de injusticias y guerras, que, reiteró, “son siempre una derrota para la humanidad”.

También enfatizó la importancia de que el Documento de Abu Dhabi se convierta en un tema de investigación y reflexión en las instituciones educativas para fomentar nuevas generaciones comprometidas con la construcción de la paz, la justicia y la defensa de los derechos de los “menos” de la sociedad.

El mensaje señaló que la causa principal del mal de la guerra es la falta de conocimiento y comprensión mutuos, y subrayó la necesidad de generar confianza mutua y cambiar las percepciones negativas del “otro que es nuestro hermano en la humanidad” para iniciar procesos de paz aceptables. para todos.

De ahí la importancia crucial de la educación: “La paz sin una educación basada en el respeto y la comprensión de los demás no tiene valor”, subrayó el Papa. ”Si queremos construir este mundo tan deseado en el que adoptemos el diálogo como camino y la cooperación mutua como código de conducta; la comprensión recíproca como método y norma, entonces el camino a seguir hoy es el de la educación al diálogo y al encuentro”.

Recordando que la inteligencia humana, a diferencia de la inteligencia artificial, es fundamentalmente “relacional”, el Papa Francisco destacó el poder de escuchar al otro y el papel del diálogo genuino para comprender las diferentes perspectivas. En efecto, la falta de escucha es “la segunda trampa que daña la fraternidad”, afirmó. “Para debatir hay que aprender a escuchar, es decir a callar y frenar, en contraposición a la dirección actual de nuestro mundo posmoderno, agitado, lleno de imágenes y ruido”.

“¡Cuántos males se evitarían si hubiera más escucha, silencio y palabras reales al mismo tiempo, en las familias, en las comunidades políticas o religiosas, en las propias universidades y entre los pueblos y las culturas!”

“Crear espacios para acoger opiniones diferentes no es una pérdida de tiempo, sino una ganancia de humanidad”, insistió el Papa.

Por otra parte, prosigue el mensaje, debatir implica una educación en la flexibilidad intelectual encaminada a hacer que las personas sean flexibles, abiertas y fraternas. La sabiduría busca al otro, valora el pasado y dialoga con el presente, señaló el Papa, recordando sus propias palabras en la Conferencia Internacional de la Paz celebrada en Al-Azhar, El Cairo, en 2017.

Al finalizar su mensaje, Francisco instó a los participantes en la conferencia a no dejar que “el sueño de la fraternidad en paz se quede confinado a las palabras” y los animó a abrazar el diálogo en todas sus formas.