Más problemas en el Vaticano: hackean archivos

Más problemas en el Vaticano: hackean archivos

Violaron la computadora de Libero Milone, revisor general de la Santa Sede

Por Elisabetta Piqué

ROMA.- No son tiempos tranquilos en el Vaticano. A una semana del fin de un sínodo marcado por divisiones, la filtración de una carta enviada al Papa por 13 cardenales que lo cuestionaban y la falsa noticia aparecida en un medio italiano, y reiteradamente desmentida por el Vaticano, de un tumor en el cerebro, siguen los misterios.

Ayer trascendió que fue hackeada la computadora de Libero Milone, revisor general de la Santa Sede designado por el Papa en junio pasado, es decir, alguien bastante importante en el Vaticano.

El episodio fue revelado por el diario Il Tempo y no fue desmentido por el padre Federico Lombardi, vocero de la sala de prensa de la Santa Sede, que se limitó a comentar: "Al momento no tenemos nada que decir".

El trascendido hizo correr ríos de tinta sobre la misteriosa reaparición en los palacios sagrados de "cuervos", como solía llamarse a los topos en la época del "VatiLeaks" que marcó la última etapa del pontificado de Benedicto XVI. El ex papa fue supuestamente traicionado por su mayordomo, que filtraba documentos secretos.

Lo cierto es que, según confirmó ayer el Corriere della Sera, la gendarmería del Vaticano -es decir, el cuerpo de vigilancia máximo de la Santa Sede, que protege al propio Papa- hace ya algunas semanas puso en marcha una investigación para dar con el culpable de haber logrado violar informáticamente y haber podido leer algunos archivos reservados de la computadora del revisor de cuentas del Vaticano, Libero Milone.

Fue el propio Milone, de 67 años, que trabajó durante más de tres décadas en la prestigiosa consultora internacional Deloitte, quien presentó una denuncia ante la gendarmería.

Desde junio pasado al frente de una nueva oficina, que debe revisar las cuentas de los diversos dicasterios (ministerios) de la curia romana, de las instituciones relacionadas con éstos y con el governatorato de la ciudad del Vaticano, Milone tiene una misión más que delicada.

El revisor puede de repente controlar lo que le parezca y responde directamente al Papa. Como es sabido, desde el comienzo de su pontificado, Francisco puso en marcha una reforma para hacer limpieza en el seno de la curia romana y especialmente en sus finanzas, bajo sospecha de manejos oscuros y derroches.

Al parecer, el presunto hacker, "cuervo" o topo que logró meterse en la computadora de Milone habría logrado ver textos sobre diversas revisiones contables y documentos acerca de las reorganizaciones en marcha en diversas oficinas.

Pero dejó huellas. Tanto es así que la gendarmería podría secuestrar otras computadoras en el marco de la investigación en curso.

Tensión

La noticia del nuevo misterio informático trascendió a días de conocerse que en las próximas semanas saldrán a la venta dos libros que prometen "documentos" inéditos, "archivos" y "papeles" varios sobre las finanzas del Vaticano: uno titulado Via Crucis, del periodista Gianluigi Nuzzi, autor del best sellerSua Santitàsobre los papeles robados a Benedicto XVI, y Avarizia, de Emiliano Fittipaldi.

La noticia también tiene lugar en momentos de cierta tensión en el Vaticano, sobre todo con el cardenal australiano George Pell, titular de la Secretaría de Economía y líder del bloque conservador en el sínodo. Hace unos días, de hecho, en una carta al secretario de Estado, Pietro Parolin, el Papa pareció limitar su poder.

Una sucesión de escándalos

  • En vísperas del sínodo de obispos sobre temas de familia, a principios de octubre, un teólogo del Vaticano, monseñor Krysztof Charamasa, desató una tormenta al revelar que es gay y que vive felizmente con un compañero
  • Reflejo del clima de batalla que reinaba en el sínodo, en medio del encuentro, salió a la luz una carta que 13 cardenales conservadores le escribieron al Papa para manifestar su desacuerdo en varios temas
  • Un diario italiano generó gran revuelo al asegurar que el Papa tenía un pequeño tumor benigno en el cerebro. El Vaticano lo desmintió

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