Alberto Fernández afirmó que profesa esa fe, pero negó que esa condición lo enfrente con “problemas religiosos” en este tema. Malestar en ambientes eclesiásticos que consideran una "presión" y una “provocación” las expresiones del primer mandatario.
El presidente Alberto Fernández desafió abiertamente a la Iglesia al declararse católico y expresar su confianza en que esta vez "será ley" el aborto y prometer que hará “todos los esfuerzos para que el Congreso acompañe” la iniciativa. Una afirmación que fue considerada como una "provocación" por referentes cristianos.
Las afirmaciones del jefe de Estado provocaron más malestar en ambientes eclesiásticos católicos y cristianos, tras las críticas al primer mandatario por abrir un nuevo debate en medio de la crisis sociosanitaria.
El Presidente dijo profesar la religión católica y negó que esa condición lo enfrente con "problemas religiosos".
"Lo que yo tengo que resolver es un tema de la salud pública", argumentó en declaraciones radiales.
Fernández reveló que en su última visita al Papa Francisco, en Roma, habló del tema en el Vaticano con el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin.
"Lo que decían Santo Tomás y San Agustín era que había dos tipos de aborto: los que merecían un castigo y los que no. Los no punibles eran (los que se hacían) entre los 90 y 100 días de embarazo", tiempo en el que se creía que "el alma entraba al feto porque la madre sentía movimientos en su vientre", reseñó Fernández sobre su conversación con Parolin.
Los dichos del primer mandatario encontraron rápida respuesta en referentes eclesiásticos que, sin nombrarlo, salieron a contestarle.
Víctor “Tucho” Fernández, de La Plata y considerado uno de los obispos más cercanos al Papa, aprovechó el tedeum por el aniversario de ciudad para advertir que “entre los descartados de una sociedad que discrimina, excluye y olvida están los niños por nacer”.
“La circunstancia de que todavía no se hayan desarrollado plenamente no les quita nada de su dignidad humana. Por eso, nunca se defenderán hasta el fondo los derechos humanos si se los negamos a los niños por nacer”, aseveró.
Para el obispo José Luis Corral, de Añatuya, es “triste y doloroso” que el presidente Alberto Fernández insista empecinadamente con el proyecto de legal “en estas circunstancias de tremenda crisis sociosanitaria, con unos niveles de pobreza intolerables, en un cuerpo social herido por tantos desencuentros entre argentinos, rodeados de una inmensa nube de incertidumbre y oscuridad”.
"En esta grave hora de la patria no es oportuno ni prioritario volver a la carga con el aborto que descarta y mata", afirmó en un artículo en un diario de Santiago del Estero.
Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), uno de sus vicepresidentes, el pastor Osvaldo Carnival, dijo que el Gobierno pretende "legalizar la muerte" y que el envío del proyecto al Congreso es "una provocación".
“Es una inoportuna provocación debatir un nuevo proyecto de ley sobre la legalización del aborto en medio de una pandemia, crisis sanitaria y económica. Busca ser tratado apresuradamente en un Congreso que no ha cambiado su conformación desde 2018 y que en ese tiempo ya dijo que no”, sostuvo en declaraciones periodísticas.
Carnival consideró que el tema del aborto es más de porteño, porque el país federal es “celeste”, donde más del 80% de las provincias se identifican con la defensa de las “dos vidas”.
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