Peter Tabichi, hermano franciscano y Nobel de Educación: “Me ocupo también de la espiritualidad de los alumnos”

Peter Tabichi, hermano franciscano y Nobel de Educación: “Me ocupo también de la espiritualidad de los alumnos”

“Ellos deben saber que nacieron por una razón, que fueron creados por Dios y que Dios tiene un plan para cada uno de ellos”, dijo este maestro nigeriano, ganador del Global Teacher Prize 2019, en un encuentro convocado por el Arzobispado de Buenos Aires

"Elegí la vida religiosa para dedicarme por entero a los demás", dice Peter Tabichi en el video de presentación de su candidatura al premio al Mejor Maestro del Año, el Global Teacher Prize al que muchos llaman Nobel de la Educación y que le fue otorgado en marzo pasado.

La de Tabichi es realmente una dedicación a tiempo completo porque la población de la zona donde ejerce la docencia sufre todo tipo de carencias. Los niños que asisten a la escuela secundaria en la que este profesor nigeriano enseña matemáticas y física deben vencer primero el obstáculo de la distancia y la pobreza. "Llegan al colegio enojados y emocionalmente molestos", contó él en la charla organizada por la Vicaría Pastoral de Educación de la Arquidiócesis de Buenos Aires, durante la gira que el maestro keniano realizó en estos días en Argentina.

VIDEO PRESENTACIÓN DE TABICHI AL GLOBAL TEACHER PRIZE

Antes de alimentar el espíritu de sus alumnos, Tabichi debe ocuparse también de darles de comer. La Keriko Mixed Day Secondary School está ubicada en una región semiárida de Kenia, castigada por recurrentes hambrunas y sequías. El 95 por ciento de los alumnos son pobres y muchos provienen de familias monoparentales. Tabichi logró aumentar considerablemente la asistencia y permanencia de sus alumnos en la escuela, a través de varios programas, en primer lugar uno de alimentación, pero también con actividades extraescolares con los padres de esos niños y jóvenes para que aprendan a sacar mejor provecho de sus tierras, cultivando granos que combatan mejor el hambre y la desnutrición. Play

Además creó un Club de Paz para enseñarles a sus alumnos, originarios de siete tribus diferentes en una zona que ha sufrido brotes de violencia interracial, la convivencia entre distintos.

"Todo debe hacerse desde el corazón y con amor, se debe enseñar con pasión", dijo Tabichi en el arranque de su conferencia, en el Instituto Nuestra Señora de Las Nieves, en el barrio de Liniers, en la Capital Federal.

 

En su charla, el Maestro del Año 2019, puso siempre el acento en la entrega: "Cuando uno da, uno recibe más. Nuestras vidas deberían girar en torno a dar, dar, dar y seguir dando, con pasión y compromiso", para "que otros sean felices, ayudando a los demás".

El premio que recibió viene acompañado con una donación de un millón de dólares. Sin sorpresas, Tabichi ya anunció que lo pondrá al servicio de su escuela y de la profesión. Cree que el galardón que recibió es una herramienta para poner en valor la tarea de los maestros, que nunca podrá ser remunerada en su justo valor, dice. "Como religioso, no voy a usar el dinero del premio para mí, sino que quiero empoderar a la sociedad, y en primer lugar al colegio donde trabajo."

También hizo una referencia al santo fundador de la orden a la cual pertenece; el mismo que inspiró a Jorge Bergoglio su nombre pontificio y el signo de su papado: "Resalto muy especialmente la vida de San Francisco: él quiso terminar con la brecha entre los ricos y los pobres", dijo Tabuchi. "Los pobres necesitan las mismas oportunidades que los ricos."

De niño, él conoció la misma realidad que viven sus alumnos: "Vengo de una familia humilde. Mi padre también es docente. Hemos atravesado muchos desafíos. El primero fue caminar 8 kilómetros para asistir a clases, sin zapatos y, a pesar de esto, pude tener una buena educación, ir a la universidad".

La escuela de Tabichi tiene poco equipamiento -una sola computadora, conexión intermitente a la red, etc- y pocos docentes. "Puedo llegar a tener entre 60 y 80 alumnos en cada aula. Muchos alumnos e insuficiente cantidad de docentes. Por eso, en Keriko, los docentes desarrollamos muchas y variadas tareas. Hay que ser creativos para responder a todos estos desafíos y ayudar a nuestros alumnos que llegan enojados y emocionalmente molestos. Lo primero: darles de comer, combatimos el hambre, les damos una comida que tiene porotos como ingrediente principal. No hay mesas, se sientan en el piso…"

La gran mayoría de estos niños vive con su familia "en un solo cuarto donde ocurre todo, duermen, hacen sus trabajos, cocinan… -cuenta el maestro-. Pero a pesar de este entorno, en el colegio se encuentran felices. Tenemos un programa para asistirlos desde lo emocional porque en ocasiones llegan estresados. Siete docentes para 700 alumnos. El estrés también es un tema entre los docentes. Además planificamos, corregimos…"

Pablo Corbillón, delegado episcopal para la Vicaría Pastoral de Educación, Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario para las Villas, el cardenal Mario Poli y el maestro Peter Tabichi

El caso de este maestro es un ejemplo de la capilaridad de la Iglesia católica, presente en los sitios más remotos, supliendo muchas veces la ausencia o deficiencia de las instituciones públicas.

"Soy un docente común y corriente -dice sin embargo Tabuchi-, que trata de hacer las cosas de todos los días, todos los días de manera distinta, con otra pasión. Por eso resalté que las cosas hay que hacerlas con pasión y con amor. Enseñar con pasión y con amor".

"Tengo un enfoque práctico de la docencia", dice también este docente que, aunque idealista, tiene los pies sobre la sufrida tierra de su país. Busca por lo tanto promover en sus alumnos el interés por la ciencia. Sus alumnos trabajan en proyectos de energía renovable y en el diseño de aparatos para asistir a personas discapacitadas. También los ha hecho participar en competencias científicas internacionales con excelentes resultados que fueron destacados en su momento por la prensa local, como los de una escuela que, con muy poco equipamiento, logró sin embargo vencer a otras.

Cuando lograron asistir a una competencia de ciencias en Arizona, ya tocaron el cielo con las manos. "Se subieron a un avión por primera vez -contó-. Ya se sentían ganadores por viajar y ganaron la competencia en Arizona. Le probaron al mundo que podían. Adquirieron confianza en sí mismos. Los problemas cotidianos se achican cuando sus logros aumentan."

Además Tabuchi intenta promover la participación de las niñas a la par de los varones en estas actividades; algo lejos de estar naturalizado en Kenia. "Incentivo a las familias a que dejen ir a las mujeres al colegio porque cuando llegan a sus casas tienen a su vez que realizar tareas hogareñas: buscar agua, hacer las camas… Y especialmente que las mujeres no piensen que las ciencias son solo para los varones."

"Si se empodera a la mujer, se empodera a la sociedad", concluyó.

"Si trabajamos con compromiso vamos a poder transformar muchas vidas", dijo también quien ya ha cambiado la de muchos de sus alumnos: en dos años logró duplicar el porcentaje de egresados de su escuela que llegan a la universidad.

"También estoy a cargo de la Pastoral Cristiana del Colegio -contó- y me ocupo de la espiritualidad de los alumnos. Esto es muy importante para mí porque ellos deben saber que nacieron por una razón, que fueron creados por Dios y que Dios tiene un plan para cada uno de ellos. Fortalecer sus valores  y su personalidad."

"Los jóvenes tienen sueños y somos los docentes los que acompañamos sus búsquedas. Caminamos junto a ellos -siguió diciendo-. La mejor educación que uno puede dar a un niño está basada en su confianza. Y así lograremos sociedades resilientes, productivas y creativas".

Peter Tabichi, el día que recibió el Global Teacher Prize 2019

Un docente, en opinión de Tabichi, debe ser humilde, resiliente, generoso, trabajar con pasión y compromiso, hacer más y hablar menos, tomar la iniciativa.

Durante el encuentro, Agustín Porres, Director Regional de la Fundación Varkey que otorga el Global Teacher Prize, que explicó el origen de este premio: "La Fundación creó el premio hace 5 años; Peter es el quinto ganador de un galardón que busca celebrar a todos los maestros. Queremos poner a los maestros al nivel de los científicos que ganan el Nobel o de los actores con el Oscar, y que quienes estamos afuera de aula valoremos su tarea. Les dejo una pregunta a chicos y grandes: ¿quiénes fueron sus grandes maestros? Propónganlos en nuestra página web para la premiación del año próximo".

El padre Juan Isasmendi, que trabaja en un entorno de carencias similar al del franciscano Tabichi, pues integra la Pastoral Villera de la Arquidiócesis de Buenos Aires, y es párroco del Colegio Madre del Pueblo de la Villa 1-11-14, también habló en el encuentro y definió al maestro galardonado como "un hombre enamorado de lo que hace" y aseguró que "construye la paz a través de su pasión por la educación". "Nuestras escuelas en las villas se fueron haciendo desde la escucha de los alumnos y de las necesidades de las comunidades", agregó.

Por otra parte, Nahuel Salerno, alumno de 4º grado del Instituto, interpretó el tema de Facundo Saravia "Mi país", acompañado por sus maestros, Rodrigo Sokolski en flauta traversa y Mauro Visino en cuerdas.

En el final de la reunión, el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires, agradeció el testimonio de Tabichi y le pidió que rezara el Avemaría en su lengua materna, el swahili.

VIDEO: "SALAM, MARÍA…" TABICHI REZA EL AVEMARIA EN SWAHILI

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En el diálogo que siguió a la charla, acompañaron a Tabichi, además de Porres e Isasmendi, como moderadora, Silvana Tejón, directora pedagógica de la Asociación de Escuelas Bilingües-ESSARP, y Luciana Alonso, directora de proyectos Eutopía y Profuturo.

El padre Pablo Corbillón, delegado episcopal para la Vicaría Pastoral de Educación, fue el encargado de dar la bienvenida a Tabichi: "Doy inicio a este encuentro con el hermano Peter, maestro de ciencias, que nos da un testimonio constante de lo que es un proyecto educativo, de lo que es un desafío y la búsqueda de una mejor respuesta". 

Y a continuación invitó a rezar la Oración de San Francisco: "Señor, haz de mí un instrumento de tu paz". 

Además de Poli y Corbillón, participaron otras autoridades de la Iglesia, como monseñor Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario para las Villas y barrios populares, los directivos de la Vicaría Pastoral de Educación Alejandro Ceresa, Juan José González y Federico Merlini, y directivos de varias instituciones educativas de la ciudad de Buenos Aires, además de alumnos de 5º año del colegio Las Nieves.

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