Papa: Sin instrucción la gente se vuelve víctima de la explotación

Papa: Sin instrucción la gente se vuelve víctima de la explotación

Durante la audiencia general del cuarto miércoles de noviembre – celebrada en el Aula Pablo VI y en la que participaron varios miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países – el Papa Francisco prosiguió su catequesis sobre las obras de misericordia espiritual. En esta ocasión se refirió a dos acciones muy relacionadas entre sí, como son el hecho de dar buen consejo al que lo necesita y enseñar al que no sabe.

Son obras que – como dijo el Santo Padre –  pueden vivirse tanto en una dimensión sencilla y familiar, cuanto en un ámbito más institucional y organizado, tal como sucede por ejemplo, en la lucha contra el analfabetismo, esa condición de gran injusticia que mella la dignidad de la persona, puesto que sin instrucción la gente se vuelve víctima de la explotación y de tantas formas de malestar social.

Después de recordar que la Iglesia, en el curso de los siglos, ha sentido la exigencia de empeñarse en el ámbito de la instrucción porque su misión de evangelización conlleva el compromiso de devolver la dignidad a los más pobres; el Obispo de Roma afirmó que en la medida en que aumenta la instrucción, las personas adquieren más certidumbre y conciencia. Y añadió que una buena instrucción nos enseña el método crítico, que comprende también cierto tipo de duda, que resulta útil para formular preguntas y verificar los resultados, con vistas a alcanzar un conocimiento mayor.

Francisco precisó que expresar la misericordia hacia los que tienen dudas equivale a aliviar el dolor y el sufrimiento que provienen del miedo y de la angustia que son consecuencias de la duda. De modo que se trata de un acto de amor verdadero con el que se pretende sostener a una persona que se encuentra en la debilidad causada por la incertidumbre.

En cuanto a las dudas de fe, que todos podemos tener, el Papa Bergogliodijo que constituyen un signo de que queremos conocer más profundamente a Dios, a Jesús y el misterio de su amor por nosotros. De modo que está bien que nos hagamos preguntas acerca de nuestra fe, si bien hay que superar las dudas.

Además, el Pontífice pidió que no hagamos una teoría abstracta de la fe con la que se multiplican las dudas, e invitó, más bien, a hacer de la fe nuestra vida, poniéndola en práctica en el servicio a los hermanos, especialmente a los más necesitados. Y entonces – dijo el Papa al concluir –  tantas dudas se desvanecen porque sentimos la presencia de Dios y la verdad del Evangelio en el amor que sin ningún mérito nuestro, habita en nosotros para que lo compartamos con los demás.

(María Fernanda Bernasconi - RV).

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