El papa Francisco viajó a Marsella donde se reunió con el presidente francés Emmanuel Macrón. Hablaron del proyecto de París para legalizar la eutanasia y el suicidio asistido.
El papa Francisco pidió este sábado que Europa asuma la "responsabilidad" de afrontar la inmigración que llega a través de la ruta marítima del Mar Mediterráneo y reclamó que el continente garantice "un amplio número de entradas legales y regulares" de personas en cooperación con los países de origen.
En su visita a Marsella, el pontífice les pidió a los países europeos que no busquen "salvarse a sí mismos" e insistió con los pedidos de recepción hacia las personas que buscan llegar al continente, al tiempo que rechazó de plano que la oleada migratoria de los últimos años sea "una invasión".
El Papa cerró así una visita de 27 horas con la que buscó enviar un mensaje a Europa en medio de las tensiones regionales por las cuotas de acogida y la sobrepoblación de las estructuras receptivas en países del sur del continente como Italia, y durante la que también dio un fuerte respaldo a las ONG's que rescatan a náufragos en el mar.
El Papa Francisco se reunió con Macron
Durante su estadía en Marsella, el Papa se reunió media hora a solas con el presidente francés Emmanuel Macron, en un encuentro marcado por el inminente proyecto de París para legalizar la eutanasia y el suicidio asistido, dos prácticas rechazadas por el Vaticano. Hablaron de otras preocupaciones comunes como la inmigración y la guerra en Ucrania.
Según la prensa francesa, Macron pensaba presentar el proyecto la semana pasada, pero decidió posponerlo hasta que termine la visita de dos días que el Papa inició el viernes.
Antes de la reunión, de hecho, Francisco se preguntó durante un discurso "¿quién escucha los gemidos de los ancianos solos que, en lugar de ser valorados, son aparcados, con la perspectiva falsamente digna de una muerte dulce, pero que en realidad es más salada que las aguas del mar?", en una referencia implícita a la eutanasia.
El Papa y Macrón hablaron sobre varios temas
"Durante su cuarto encuentro, los dos jefes de Estado pudieron conversar de cuestiones internacionales y de las zonas de crisis actuales, como la situación en Ucrania, África y Nagorno Karabaj", indicó el Gobierno francés en un comunicado que brindó a los periodistas que acompañan al Papa, entre ellos un enviado de Télam.
"También hablaron de Argentina, país de origen del Papa", destaca el comunicado. Luego, Macron asistió a la misa con la que el Papa culminó la visita realizada en el estadio Velódromo local.
El Papa pidió que reciban a los inmigrantes
"Marsella tiene un gran puerto y es una gran puerta que no se puede cerrar. Varios puertos mediterráneos, en cambio, se han cerrado", lamentó el pontífice al participar en el foro denominado "Encuentros Mediterráneos" sobre inmigración en la región junto a obispos y jóvenes de toda Europa.
En un marco de renovadas tensiones dentro de la Unión Europea por las cuotas de recepción de las personas que llegan por vía marítima, Francisco lamentó que "dos palabras han resonado, alimentando los temores de la gente: invasión y emergencia".
El Papa definió a la migracion como "una realidad de nuestro tiempo"
El Papa, que llegó el viernes a Marsella y regresará esta noche a Roma, planteó de todos modos que "quien arriesga su vida en el mar no invade, busca acogida".
"En cuanto a la emergencia, el fenómeno migratorio no es tanto una urgencia momentánea, siempre oportuna para agitar la propaganda alarmista, sino una realidad de nuestro tiempo, un proceso que involucra a tres continentes en torno al Mediterráneo y que debe ser gobernado con sabia clarividencia: con una responsabilidad europea capaz de afrontar las dificultades objetivas", reclamó.
Según sostuvo Francisco este sábado, "hay un grito de dolor que es el que más retumba de todos, y que está convirtiendo el mare nostrum en mare mortum, el Mediterráneo de cuna de la civilización en tumba de la dignidad".
Para el Papa es "un deber de civilización" salvar a los naufragos
"Es el grito sofocado de los hermanos y hermanas migrantes", aseveró Francisco, quien el viernes consideró "un deber de civilización" el salvar a las personas que naufragan en el Mediterráneo cuando buscan llegar a Europa.
"Contra la terrible lacra de la explotación de los seres humanos, la solución no es rechazar, sino garantizar, en la medida de las posibilidades de cada uno, un amplio número de entradas legales y regulares, sostenibles gracias a una acogida justa por parte del continente europeo, en el marco de la cooperación con los países de origen", enfatizó Francisco.
El Papa finalizó su visita a Francia con una misa
"También en este caso el Mediterráneo es un espejo del mundo, con el Sur volviéndose hacia el Norte; con tantos países en vías de desarrollo, afligidos por la inestabilidad, los regímenes, las guerras y la desertificación, que miran a aquellos acaudalados, en un mundo globalizado,
en el que todos estamos conectados, pero en el que las diferencias nunca habían sido tan profundas", denunció.
Tal como había hecho en 2021 durante su segunda visita a otro de los símbolos de la inmigración mediterránea, la isla griega de Lesbos, el Papa convocó a evitar un "naufragio de civilización" a partir de la situación migratoria.
Tras la misa, a la que, según el Vaticano asistieron unas 50.000 personas, el Papa viajó directo hacia Roma.
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