El papa Francisco entregará el palio a los arzobispos argentinos Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP (Bahía Blanca), Carlos Alberto Sánchez (Tucumán), Sergio Alfredo Fenoy (Santa Fe de la Vera Cruz), Víctor Manuel Fernández (La Plata) y Marcelo Daniel (electo de Mendoza), durante la celebración eucarística del 29 de junio en la basílica de San Pedro del Vaticano, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
El papa Francisco entregará el palio a cinco arzobispos argentinos durante la celebración eucarística del viernes 29 de junio en la basílica de San Pedro, del Vaticano, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo.
Se trata de los arzobispos Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP (Bahía Blanca), Carlos Alberto Sánchez (Tucumán), Sergio Alfredo Fenoy (Santa Fe de la Vera Cruz), Víctor Manuel Fernández (La Plata) y Marcelo Daniel Colombo (electo de Mendoza).
En fecha próxima, el palio arzobispal, signo del Buen Pastor y de comunión con el Santo Padre y con las demás diócesis argentinas, será impuesto a los cinco prelados argentinos por el nuncio apostólico, monseñor León Kalenga Badikebele, quien iniciará su misión diplomática en el país el 29 de junio.
¿Qué es el palio?
El palio es una banda de lana de unos seis centímetros de ancho, de forma circular, que se coloca sobre los hombros de un arzobispo.
Cuenta además con dos tiras de lana del mismo grosor por 36 centímetros de largo que cuelgan una sobre el pecho y la otra sobre la espalda, ambas tiras tienen una placa de plomo forrada con seda negra.
Este elemento está adornado con seis cruces bordadas en seda negra, que recuerdan las diócesis suburbicarias de Roma de las cuales el Papa es el metropolitano.
La lana con la que se confeccionan los palios es tomada de dos corderos de pocos meses de nacidos que se crían en el monasterio de Tre Fontane, lugar donde fue martirizado San Pablo. Los corderos son llevadas el 21 de enero, memoria litúrgica de Santa Inés, a las religiosas de la iglesia de Santa Inés, en Roma.
Durante esta solemnidad el Pontífice impone el palio a los nuevos arzobispos metropolitanos, significando así la estrecha relación del Papa con cada uno de los metropolitanos y de éstos con las diócesis de su provincia eclesiástica.
El simbolismo más fuerte es el obispo "Buen Pastor" que lleva en hombros a la oveja.
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