El Papa convoca a la cúpula de la Conferencia Episcopal en Roma

El Papa convoca a la cúpula de la Conferencia Episcopal en Roma

La audiencia fue pedida por Omella a la que se unirá Osoro y Argüello

Dicen que el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, en tiempos de Juan Pablo II, solía decir que “hay obispos que tiene tortícolis de tanto mirar a Roma”. ¿Qué habría que decir ahora?

La próxima semana, en principio el día 6, el Papa Francisco recibirá a la cúpula del la Conferencia Episcopal Española, a su presidente, el cardenal Omella, a su vicepresidente, el cardenal Osoro, y al obispo secretario, monseñor Luis Argüello.

Una audiencia que fue pedida por el presidente de la Conferencia Episcopal y a la que, en principio, solo iba a asistir junto con el obispo secretario, monseñor Argüello. El arzobispo de Madrid se ha sumado posteriormente al encuentro una vez que se le ha hecho ver que convendría que estuviera, según fuentes romanas conocedoras del proceso. 

Los motivos

La pregunta es, ¿cuándo y por qué el cardenal Omella decide ir a Roma a ver al Papa? El curso de los acontecimientos recientes ofrecen alguna luz sobre las intenciones del Presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Hay que situarse en el miércoles pasado, día en que por la mañana se celebra el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal y, por la tarde, para sorpresa de los que estaban en Añastro, el cardenal Omella recibió a una de las asociaciones de víctimas de la pederastia, a petición del prelado.

Ante los debates producidos en el Comité Ejecutivo –una práctica habitual en los organismos colegiados de la Conferencia- sobre los importantes temas que tienen entre manos, el cardenal Omella tomó la decisión de ir a Roma a consultar con el papa. No son infrecuentes los viajes del cardenal Omella a la ciudad eterna en los últimos tiempos.

Temas importantes

El cardenal Omella quiere llegar a la próxima Asamblea de la Conferencia Episcopal Española, que comenzará el próximo 25 de abril, con las instrucciones claras y con el aval y la firma del Papa Francisco. Así mitigaría cualquier disenso en la Asamblea. 

¿Qué temas son tan importantes para que el presidente de la Conferencia Episcopal necesite ir a Roma a ver al Papa?

El primero de ellos, la relación con las víctimas de la pederastia en España. Sobre la mesa está la oferta del Gobierno de que la Iglesia participe en la Comisión de investigación del Defensor del Pueblo, sobre lo que no existe un acuerdo en la Conferencia Episcopal. Hay que tomar una decisión que urge. Y hay que tomarla también según lo que el Presidente de la Conferencia Episcopal ha hablado con el Gobierno al respecto.

Despacho de Cremades

Decisión que afecta indirectamente a la investigación que la Conferencia Episcopal le ha encargado al despacho Creamades&Calvo-Sotelo y que se ha visto tocada tanto por las recientes declaraciones del cardenal Osoro a la prensa como por el reiterado mensaje de Infancia Robada de que no va a colaborar con esa investigación.

Da la casualidad de que, inicialmente, Cremades quería presentar a su equipo de trabajo y las líneas básicas de su investigación a los medios la próxima semana. Con lo que el nivel mediático de su presencia volvería a subir de intensidad. 

Para más complejidad del proceso, las asociaciones regionales de víctimas se sienten preteridas por el encuentro del cardenal Omella con Infancia Robada y anuncian un posicionamiento público a favor de la investigación del Defensor del Pueblo que, previsiblemente, se presentaría en la Semana Santa.

Abusos sexuales

Hoy jueves, mientras que los responsables de las oficinas diocesanas de atención a las víctimas se reúnen en la Conferencia Episcopal, se dará a conocer en Barcelona, en rueda de prensa, “una metodología comprometida con la óptima resolución de los abusos sexuales infantiles en el entorno eclesiástico, elaborada por la unión de activistas y entidades del sector “Plataforma Tolerancia 0””, integrada por Miguel Hurtado, Alejandro Palomas, Esther Pujol, Asociación Mans Petites y Fundación Vicki Bernadet.

Pero la relación con las víctimas de la pederastia no es el único tema. Encima de la mesa está la siempre delicada relación con el gobierno de Pedro Sánchez. Una vez que se ha pasado el rubicón de las inmatriculaciones, aunque el tema no está cerrado, ahora se abre el melón de los asuntos relacionados con el régimen fiscal. Parecer ser que el buen tono del principio, y las buenas palabras, ya no sirven.

Acuerdos Iglesia-Estado

Sobre estas relaciones siempre pende la espada de Damocles de la reforma de los Acuerdos Iglesia-Estado que podría haber sido puesta sobre la mesa por el gobierno, una vez que no ha está consiguiendo lo que quiere en su relación con la Iglesia.

Otro asunto no menos relevante para al Santa Sede es lo referido a la nueva ley de educación y el desplazamiento de la clase de religión a los márgenes de lo inaceptable por los Acuerdos vigentes.

Y no contentos con estas cuestiones, están las que afectan a la vida interna de la Iglesia. El melón de la renovación en las grandes sedes episcopales está aún abierto. La visita se producirá a pocos días antes de que el cardenal Ricardo Blázquez cumpla 80 años, el 13 de abril, una edad que le convertiría en un caso inédito en España, y en la Iglesia universal, de obispo al frente de su diócesis.

Todo apuntaba a que en vísperas del cumpleaños de don Ricardo se anunciaría su sustitución. Pero las divergencias entre los cardenales Presidente y Vicepresidente –con el obispo secretario en medio- están complicando los procesos de nombramiento de obispos en España.

Quizá el Papa aproveche la ocasión para invitar a la cúpula de la Conferencia Episcopal a intensificar los actos de fraternidad en el clima de sinodalidad –gobierno a la escucha y colegial- en el que está envuelta la Iglesia.

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