El Papa bendijo y dejó afuera la política

El Papa bendijo y dejó afuera la política

Bergoglio sólo hizo mención al “esfuerzo y sacrificio” de la Iglesia Católica en Cuba para trabajar en condiciones poco propicias. El Vaticano desmintió que su paso por Holguín tuviera algo que ver con que los Castro hubieran nacido allí.

Por Fernando Cibeira

Desde Santiago de Cuba

El papa Francisco visitó ayer por la tarde el Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, y llovió abundantemente en Santiago de Cuba luego de ocho meses. “Hacía falta esa lluvia, claro que sí”, comenta Adelmar, jubilado pero que se gana sus CUC extra de transportar turistas en su viejo auto. No podía empezar mejor la visita papal a Santiago, en el este de la isla, donde hoy cerrará su visita a Cuba. Antes, por la mañana, fue el primer papa en visitar la ciudad de Holguín, a 770 kilómetros de La Habana, curiosamente cuna de Raúl y Fidel Castro, aunque en el Vaticano aseguraron que esa no fue la razón de la elección. Raúl, con sombrero de paja y guayabera, siguió con atención la misa en la Plaza de la Revolución Calixto García, en la que no hubo referencias políticas. Sólo hizo mención al “esfuerzo y sacrificio” de la Iglesia Católica en Cuba para trabajar en condiciones poco propicias.

Algunos medios internacionales ya empiezan a ver en esa ausencia de referencia políticas, paradójicamente, una decisión importante del Papa, que es la de evitar realizar cuestionamientos al gobierno cubano por la situación interna de la isla. Incluso, aseguran que ya es la visita papal más acrítica, si se la compara con las realizadas por Juan Pablo II y Benedicto XVI. La buena sintonía entre el pontífice y los Castro quedó evidenciada una vez más en los encuentros que mantuvo el domingo por separado con Fidel y con Raúl. Pero en el Vaticano desmintieron que el paso por Holguín tuviera algo que ver con que ellos hubieran nacido allí.

Holguín es la capital de la provincia en la que desembarcó Cristóbal Colón en 1492 y, con él, la cruz y la tarea de los evangelizadores españoles. Y fue también en la bahía de Holguín donde apareció la Virgen de la Caridad del Cobre, a la que el Papa no deja de mencionar en cada aparición desde que puso un pie en Cuba. Además, desde la Iglesia cubana explicaron que en cada ocasión los pontífices van a una ciudad distinta, y que esta vez se eligió Holguín.

Francisco bendijo la ciudad desde la Loma de la Cruz, erigida en el siglo XVIII por un fraile franciscano. La homilía de la misa, en la que se ciñó al discurso que tenía preparado, fue religiosa y se refirió a la conversión del apóstol san Mateo. Dijo que Dios “sabe mirar más allá de las apariencias, más allá del pecado, del fracaso, de la indignidad. Sabe mirar más allá de la categoría social a la que podemos pertenecer”. Las ceremonias del Papa aquí siguen con una característica común: el calor agobiante y la masividad.

Hoy será el último día de Francisco en Cuba. Volverá a la Basílica del Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre para celebrar una misa a las 8. La última actividad será a las 11, en la Catedral de Santiago de Cuba, que anoche ya lucía vallada e iluminada, con las filas de asientos preparadas para los invitados especiales. Desde el exterior de la Catedral, el Papa ofrecerá un discurso y bendecirá la ciudad. Desde ahí se dirigirá al aeropuerto para la ceremonia de despedida y pasado el mediodía saldrá hacia Washington D.C., para iniciar sus actividades allí, que incluirán una reunión en la Casa Blanca con Barack Obama.

Según los especialistas, la despedida en el aeropuerto, en la que volverá a hablar Raúl Castro, sería la oportunidad para que Francisco plantee algún reclamo de mayor apertura al gobierno de la isla, algo con lo que viene insistiendo un sector de la prensa internacional. Ayer, como cada día, al inicio y al término de las jornadas, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, volvió a presentarse en la sala de prensa para responder las preguntas de los enviados que cubren la gira. Lombardi tiene una vocación loable para darles a todos una respuesta. Algunas de esas preguntas son abiertamente anticastristas, como la de una periodista que ayer dijo que reconocía los gestos del Papa, pero que era necesario que tuviera una postura más enérgica contra el gobierno de Raúl Castro en el tema de los derechos humanos. Lombardi entonces recordó algunos de los mensajes que había dejado Francisco hasta ahora, que había que saber interpretar como un aporte en esa dirección, como cuando consideró que el hombre tenía que estar al servicio de las personas y no de las ideologías, o cuando se presentó en el encuentro de los jóvenes, en La Habana, y habló de la necesidad de una mayor participación y diálogo. “Amistad social”, recordó, que es un término que suele utilizar el Papa, para hablar de la confluencia de personas de diferentes orientaciones en objetivos comunes. “Esto es lo que el Papa puede indudablemente hacer”, consideró Lombardi. Sin embargo, para un sector, es poco.

Habrá que esperar a ver hoy cuál será el discurso del Papa antes de abandonar la isla. Con todo, algunos vaticanistas pronosticaban que los mensajes de Francisco tomarán mayor envergadura a partir de esta tarde, cuando inicie su actividad en Estados Unidos. Advertían que el discurso en el Parlamento norteamericano o en la Asamblea General de las Naciones Unidas serán escenarios ideales para que plantee algunas de sus últimas preocupaciones como el desastre por la migración, y las políticas que promueven las desigualdades sociales y la degradación del medio ambiente.

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