Desde la significativa Catedral San Nicolás de Bari, la Familia Grande Hogar de Cristo reivindicó la lucha incansable de monseñor Enrique Angelelli por los derechos humanos y lo destacaron como ejemplo de compromiso y pasión en busca de la justicia social en momentos de profunda injusticia para amplios sectores de la población.  

“Nuestro tiempo nos desafía con otros peligros, otros dolores, otras oscuridades: la droga que mata a nuestros pibes y pibas. Movilizados en esta Peregrinación, nuestra marcha es un gesto en defensa de los derechos humanos de nuestros niños y jóvenes a vivir en una Argentina libre de drogas”, destacó el Padre José “Pepe” Di Paola durante la lectura del documento.

“Todos tenemos derecho a vivir en un país que se comprometa en todas sus dimensiones a trabajar contra el consumo de drogas y despertar conciencias a nuestro paso es nuestra misión para que toda la sociedad comprenda que esta misión nos incumbe a todos”, fue parte del mensaje que Pepe y la comunidad de la FGHC llevaron ya por el AMBA, Entre Rios, Santa Fe, Chaco, Corrientes, Misiones, Formosa, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y Tucumán.

Mientras los jóvenes misioneros de los diferentes Centros Barriales y hogares de todo el país dejaban banderas con las consignas de su proclama en contra del flagelo de las drogas y consignas alusivas, el reconocimiento a la vida y obra de Angelelli estaba presente a cada momento de la jornada.

A su turno, el obispo de La Rioja, monseñor Dante Mbraida destacó: “Acá le tocó a Angelelli durante 8 años ser el pastor en una época muy difícil pero con mucha inspiración de Dios para hacer de la Iglesia un ámbito en que la gente participe, donde los jóvenes se sientan en casa y también los pobres tengan su lugar”.

Incluso en un pasaje de la declaración, se recordaron los gestos de Francisco: “Un 4 de agosto de 2006 el Papa Francisco cuando era cardenal Bergoglio, vino a La Rioja y celebró una misa en esta misma catedral y recordó a quien conoció —y valoró—, al “Pelado” Angelelli de quien dijo era “un enamorado de su pueblo que lo acompañaba en el camino, y lo acompañaba hasta las periferias, las periferias geográficas y las existenciales. Recordemos el cariño con que acariciaba a los ancianos, con que buscaba a los pobres y a los enfermos, con el que clamaba por la justicia, él estaba convencido de que el hombre hecho de barro escondía adentro un proyecto de la Trinidad, un proyecto de Dios: ‘mezcla de tierra y de cielo, proyecto humano divino en cada hombre se hace rostro y su historia se hace pueblo”, destaca la declaración.

Al acercarse el final de las jornadas, quienes participaron destacaron las instancias de encuentro fraterno de la comunidad de los Hogares de Cristo, los referentes locales, fieles y vecinos. Coincidieron, una vez más, en que el Estado y las comunidades organizadas deben tomar las “3C” de Capilla-Club-Colegio, para trabajar la prevención y la recuperación de los pibes y pibas de la Patria.