Mons. Olivera: "Hay que recuperar el tratarnos como hermanos siempre"

Mons. Olivera:

En un artículo periodístico, el obispo castrense animó a "crecer como sociedad en amistad y concordia, buscando siempre el bien común en verdad, historia, memoria y justicia".

Monseñor Santiago Olivera, obispo castrense, titula "La necesidad urgente de caminos de reencuentro" un artículo publicado en el portal de noticias MDZ, en el que reflexiona sobre el inicio del nuevo año y el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz.

El prelado propone llevar ala práctica esa idea de que "nadie puede salvarse solo" que el pontífice cita en ese texto y en la encíclica Fratelli tutti, y considera necesario poder recuperar "el tratarnos como hermanos siempre”. También recordó que la reconciliación es "un punto muy importante de nuestra doctrina cristiana".

"Algunos no prefieren hablar de reconciliación ya que entienden que el conflicto, la violencia y las rupturas son parte del funcionamiento normal de una sociedad. Otros creen que la reconciliación es cosa de los débiles, pero nosotros sabemos que el perdón y la reconciliación, como señalé, son temas muy asentados en nuestra fe cristiana y también en otras religiones. Hay que dejarse moldear y transitar estos caminos de reconciliación y reencuentro que nos llevarán a la paz", sostuvo.

Monseñor Olivera consideró necesario recordar que "la Argentina es un país de todos", porque -advirtió- "cuando creemos que nuestro pensamiento es la única verdad, o mi visión o mi memoria es los único que cuenta podemos hacer realidad que sólo es un país de algunos, de hecho, no pocas veces descalificamos o ignoramos a aquellos que no ven ni piensan como yo la realidad, y sin embargo todos tenemos que mirarnos como hermanos".

"Todos tenemos que experimentar el gozo de la pertenencia a esta patria, a esta historia nuestra, a esta realidad que hoy vivimos. Pertenencia a este país con sus luces y sus sombras, con sus distancias y enemistades, con alegrías comunes", planteó, y añadió: "Nos recuerda el Papa que el esfuerzo duro por superar lo que nos divide sin perder la identidad de cada uno, supone que en todos permanezca vivo un básico sentimiento de pertenencia".

Tras marcar que el gran desafío es que "todos debemos sentirnos en casa, no extranjeros en nuestra propia patria", señaló que "así como en la Iglesia debemos buscar que todos se sientan cómodos, que tienen un lugar entre nosotros aquellos que en el mundo están incómodos o en las periferias, también en nuestra patria todos debemos sentirnos cómodos, parte y no jueces".

"Para ello están los jueces, para juzgar y me permito un (paréntesis) debemos rezar por nuestros hombres y mujeres de la Justicia", pidió, y completó: "La justicia es clave, ella no puede ser robada, ni maltratada, manoseada, ni sospechada".

"Queda claro que trabajar por la paz, por el reencuentro y por la amistad social no implica olvidar sin más y mirar para adelante sin tener memoria u ocultarla", aclaró, y aseveró: "También es importante pensar que no hay que olvidar. No se puede olvidar la Shoah, no se puede olvidar lo que pasó en Hiroshima y Nagasaki. No podemos olvidar lo que pasó en nuestro país. Este 'no olvido' tiene el objetivo de evitar que esos acontecimientos luctuosos se repitan".

El obispo castrense hizo hincapié en las palabras del Papa acerca de la guerra, la pena de muerte y la condena de cadena perpetua; palabra que -evaluó- con que el pontífice intenta que se plasmen en "actitudes y en leyes que contemplen el 'nunca más la guerra', el 'nunca más la venganza' y donde siempre prime la justicia".

Asimismo, señaló -como recuerda Francisco- que "muchas veces se percibe que, de hecho, los derechos humanos no son iguales para todos y que la igualdad de derechos está fundada en la misma dignidad humana" y puntualizó: "Somos testigos de penas de muerte encubiertas".

"Muy triste que hoy siga sucediendo en nuestra Patria, bajo la bandera de la defensa de los derechos humanos y, como dije que otras oportunidades, es un contrasentido creer que defendemos esos derechos actualizando nuevos modos de atentados contra los mismos", reiteró, y citó un párrafo de la carta que Francisco le enviada el 9 de noviembre del año pasado al presidente de la Asociación de Profesores de Derecho Penal, Alejandro Slokar, en la que afirmaba: “En anteriores ocasiones señalé la misión que tienen los juristas para contrarrestar la irracionalidad punitiva y observé con preocupación el uso arbitrario de la prisión preventiva”.

Por último, monseñor Olivera deseó que la encíclica Fratelli tutti que "nos ha regalado Francisco nos permita crecer como sociedad en amistad y concordia, buscando siempre el bien común en verdad, historia, memoria y justicia".

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