El Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla, sostiene que la expresión “no queremos convertir a los jóvenes a Cristo” del Obispo Auxiliar de Lisboa, Mons. Américo Aguiar sobre la JMJ resultó “muy impropia, además de contraria al Evangelio”.
Por Nicolás de Cárdenas
Durante la realización del programa Sexto Continente de este viernes 14 de julio, que el Prelado español dirige dos días por semana en Radio María España, Mons. Munilla dedicó casi 40 minutos a analizar con profusión la polémica surgida a raíz de la reciente afirmación del futuro Cardenal luso.
Mons. Munilla explicó en primer lugar que, pese a que estas declaraciones (íntegras, aquí) “obviamente, lo que estaban subrayando” era un deseo de que la JMJ sea una ocasión de encuentro entre jóvenes católicos, cristianos de otras denominaciones, de otros credos e incluso ateos, la expresión “produjo una gran sorpresa”.
El Obispo de Orihuela-Alicante recordó también que Mons. Aguiar la matizó en ACI Digital, agencia en portugués del Grupo ACI, aseverando que la JMJ “no es ni debe ser un evento de proselitismo” y que su intención fue subrayar que “la Iglesia no impone, sino que propone”.
El Prelado español considera que, más allá de las matizaciones, la frase originaria fue “muy impropia, además de contraria al Evangelio”, pues la llamada a la conversión y a creer en el Evangelio “se identifica con el ministerio público de Jesús”.
A raíz de la polémica, Mons. Munilla ha abordado una reflexión que ha titulado "Proselitismo, llamada a la conversión y encíclica Fratelli tutti", porque lo generado por las palabras de Mons. Aguiar “está mostrando la necesidad de una aclaración de estos conceptos”.
1. “No al proselitismo”
En primer lugar, recordó que la invitación frecuente del Papa Francisco de decir “no al proselitismo” la realizó por primera vez en referencia a unas palabras concretas de Benedicto XVI: “La Iglesia crece por testimonio, no por proselitismo”.
Entonces, cuando se usa este término, se quiere subrayar “la pretensión de que alguien pase a tener tu fe hasta el punto de llegar a hacerlo de una manera obsesiva y no respetando la libertad de esa persona”, afirmó.
A continuación, el Prelado destacó que “no es lo mismo decir que no al proselitismo que decir que no a la llamada a la conversión”
Cuando el Papa pide evitar el proselitismo, explica el Obispo de Orihuela-Alicante, se refiere a una acción predicadora que no dé suficiente importancia al testimonio, que no respete los tiempos de las personas, que las “arrolle” y no las escuche.
También se caería en el proselitismo cuando se supedita la caridad a la pertenencia religiosa, porque “al corazón del hombre hay que acceder en gratuidad”.
Esta actitud proviene de una falta de confianza en que “el que convierte es el Espíritu Santo”, afirmó el Prelado, quien subrayó que la Iglesia prohíbe de forma severa “el hecho de que se induzca la conversión a través de medios indiscretos, forzando”.
Para Mons. Munilla es preocupante que se incida en este rechazo al proselitismo “sin la explicación suficiente”, porque “muchos están llegando a creer que el proselitismo es sencillamente llamar a la conversión”.
2. Apostolado: “Sólo Cristo nos puede salvar”
En un segundo bloque de su explicación, Mons. Munilla abordó la cuestión del apostolado, subrayando que el mensaje de Jesucristo “id por todo el mundo y proclamar el Evangelio” no es “cuestión de gustos”.
“El Evangelio nos habla de que es importante acoger a Jesucristo para que el hombre pueda recibir la salvación de Dios. Sólo Cristo nos puede salvar”, enfatizó, si bien “aquellos que no hayan tenido culpabilidad en ese no haber conocido a Jesucristo podrán salvarse”.
El Prelado ilustró esta explicación con la nota doctrinal de la Congregación para la Doctrina de la Fe titulada Acerca de algunos aspectos de la evangelización del año 2007.
En ella se rechaza que se ponga en duda “la legitimidad de proponer a los demás lo que nosotros consideramos que es una verdad revelada por Jesucristo y que deberían conocerla”, detalló Mons. Munilla.
En consecuencia, el respeto a la libertad religiosa y a la pluralidad “nunca puede convertirse en la excusa para la indiferencia entre la verdad y el bien” porque “la urgencia de la invitación de Cristo a evangelizar nos concierne a todos”, aseveró.
El Prelado puso como ejemplo la “parresía” de los Apóstoles, quienes seguían evangelizando aunque los metieran en la cárcel o les violentaran: “Les pegaban una paliza para que dejasen de predicar y seguían”, enfatizó.
En consecuencia, el Obispo llamó a no confundir proselitismo con apostolado, porque “es una confusión que deja al Evangelio en silencio. Es como dejar el Evangelio invalidado”.
3. “Mala comprensión” de Fratelli tutti
En tercer lugar, el Obispo de Orihuela-Alicante expuso cómo a su juicio “detrás de este confusionismo hay también una mala comprensión de Fratelli tutti”, encíclica publicada por el Papa Francisco en octubre de 2020.
Mons. Munilla desentraña el sentido de la fraternidad a la que hace referencia la encíclica y que se propone como punto de partida para colaborar en un mundo entre creyentes de diversas confesiones y no creyentes.
A juicio del Obispo español, la mala comprensión de la afirmación “somos hermanos porque en el fondo tenemos un Padre común” está propiciando un relativismo que lleva a asegurar que “todas las religiones son básicamente iguales”. En consecuencia, “la proclamación explícita del Evangelio es innecesaria”.
Mons. Munilla explica que hay que distinguir tres niveles de significado en la expresión “Dios es Padre de todos”.
En primer lugar, se refiere a la creación, “que es el nivel en el que habla Fratelli tutti”; un segundo de corte providencial, que alude a que Dios se manifiesta “en favor de todos, no sólo de los bautizados”; y un tercero vinculado a la redención, que se sitúa en el plano sobrenatural.
En este sentido el Prelado ha aclarado que la redención “tiene que ser libremente acogida para poder participar de la filiación divina de Jesucristo. Eso no se recibe por creación. Todo el mundo, no”.
“Si esto no se entiende bien, entonces se dice: ‘¡Oh, Fratelli tutti! Dios es Padre de todos y todos somos hermanos. Entonces déjate de predicar, de proclamar el Evangelio”, enfatizó.
Más adelante en su alocución, expuso que “es muy importante superar esa visión igualitarista. No, todas las religiones no son iguales. Jesucristo es el revelador del Padre. Y la pluralidad estará bien en la medida en que sea el punto de partida para llevarnos a la plena unidad en Dios”.
En este sentido, el Obispo español subrayó: “Jesucristo no fue un moderador de pluralismos, sino un maestro de la verdad”.
Cómo medir el éxito de una JMJ
Por último, Mons. Munilla afirmó que “lo propio del Evangelio es la llamada a la conversión” y que quien recibe ese anuncio y lo acoge “se convierte en altavoz”.
Por eso, y enlazando con el origen de la polémica sobre la que ha buscado aclarar conceptos, ha señalado que “una jornada Mundial de la Juventud se evalúa principalmente por dos parámetros: la cantidad de conversiones y de vocaciones que se suscitan”.
“Queremos dar a conocer Cristo al mundo. Por eso se hicieron las Jornadas Mundiales de la Juventud, para que Cristo sea conocido y Cristo sea amado”, incidió.
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