En su reflexión mensual, el obispo de Neuquén advirtió que los comportamientos destructivos del ser humano tienen un impacto negativo sobre la vida y el ambiente.
Monseñor Fernando Croxatto, obispo de Neuquén, invitó a la comunidad a vivir este tiempo "como un mes de escucha atenta al Espíritu de Dios" y a responder a los desafíos que presentan la Biblia, la Creación, los jóvenes y la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, celebraciones que caracterizan este período.
En su reflexión mensual, el prelado neuquino destacó que este año el lema es "Paz con la Creación", recordando que el profeta Isaías describe la desolación de la tierra cuando se rompe la relación entre Dios y la humanidad, y advirtió que los comportamientos destructivos del ser humano tienen un impacto negativo sobre la vida y el ambiente.
"Esperar, en un contexto bíblico, no significa quedarse quieto, sino actuar, orar, cambiar y reconciliarse con la Creación y con el Creador en unidad, metanoia (arrepentimiento) y solidaridad", expresó.
Cuidar la realidad de la Creación
Monseñor Croxatto subrayó, además, que "no podemos sostener una espiritualidad que olvide al Dios todopoderoso y creador, porque de ese modo terminaríamos adorando otros poderes del mundo, o incluso colocándonos en el lugar del Señor, hasta pretender pisotear la realidad creada por Él".
En ese sentido, el obispo afirmó que la mejor manera de devolver al ser humano a su lugar es "proponer la figura de un Padre creador y único dueño del mundo, porque de otro modo la humanidad tenderá siempre a imponer sus propias leyes e intereses".
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