Mons. Colombo: 'La bendición es la raíz de la mansedumbre cristiana'

Mons. Colombo: 'La bendición es la raíz de la mansedumbre cristiana'

El arzobispo de Mendoza se refirió al tema de las bendiciones que se puso sobre el tapete en estos días, y lo hizo a partir tanto de las enseñanzas de Benedicto XVI como de las del Papa Francisco.

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió la misa en la parroquia San Cayetano de la localidad mendocina de Godoy Cruz, en el marco de la festividad de Santa María Madre de Dios y de la Jornada Mundial de la Paz.

“La primera lectura, del libro de los Números, nos habla de la paz como un don mesiánico; es decir, como fruto de Dios, que nos invita a la fraternidad y la justicia en las relaciones entre nosotros. Entonces, la paz como resultado de esa conjunción del amor de Dios, y la providencia, junto a nuestro propio obrar creyente”, destacó en la homilía.

El arzobispo mendocino se refirió luego al tema de las bendiciones que, dijo, “ha estado en el tapete en los últimos tiempos; y es bueno recordar que la bendición es, para todos nosotros, un regalo de Dios, que a través del ministro sagrado, o a través de padres y padrinos, recibe una persona”.

“Cuando alguien bendice a un hijo, a un ahijado, lo está haciendo presente en esa oración”, recordó, y agregó: “Cuando un ministro bendice está también invocando, sobre esa persona que pide la bendición, la protección de Dios y la ayuda en todo peligro, en todo camino que emprende”.

 

 

“El papa Benedicto XVI nos enseñaba que la Iglesia, como María, es mediadora de la bendición de Dios para el mundo; la recibe acogiendo a Jesús y la transmite llevando a Jesús. Él es la misericordia y la paz que el mundo por sí mismo no se puede dar y que se necesita tanto o más que el pan”, citó,  y completó: “También el Papa Francisco, cuando nos hablaba de la bendición, dice que ésta es la raíz de la mansedumbre cristiana. La capacidad de sentirse bendecidos y la capacidad de bendecir”.

Monseñor Colombo puntualizó que “este mundo necesita bendición y nosotros, dice el Papa, podemos dar la bendición y recibir la bendición. El Padre nos ama y a nosotros nos queda tan solo la alegría de bendecirlo y la alegría de darle gracias; y aprender de Él a no maldecir, sino a bendecir”.

Por último, el arzobispo reflexionó sobre el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia celebró el 1° de enero.

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