En medio de las tensiones por el inminente debate por la legalización del aborto, el Gobierno participó de una convocatoria de la Iglesia en la Catedral metropolitana para reflexionar, junto a líderes de otras confesiones, sobre los aportes de las religiones para fortalecer la fraternidad en el mundo, a la luz de la encíclica Fratelli tutti, del papa Francisco, en el día en que se celebra la libertad religiosa.

El secretario de Culto, Guillermo Oliveri, compartió el encuentro con el presidente del Episcopado, el obispo Oscar Ojea, y el arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal, el cardenal Mario Poli, junto a líderes de las comunidades judías, musulmanes, cristianas, evangélicas, ortodoxas, budistas y autoridades del área de Culto de varias provincias y municipios.

 

Al dar la bienvenida, el cardenal Poli recordó que la Catedral fue durante varios años la cátedra episcopal del papa Francisco y desde allí "levantó su voz para que, en nombre de la libertad religiosa y de conciencia, se superen todos los prejuicios e intolerancias que no contribuyen a la paz y a la paz social".

El obispo Ojea, en tanto, señaló que Francisco "alude en su encíclica a nuestra responsabilidad como religiones para trabajar juntos por la fraternidad" y pidió a Dios que "los ilumine para encontrar juntos caminos nuevos de fraternidad que tanto los necesita nuestra patria".

  

Luego, los representantes de cada credo presentaron los principales aportes de los cultos para contribuir al bien común.

"En defensa de la libertad religiosa, la Argentina es un verdadero modelo hacia el mundo, que este año, se encuentra padeciendo una pandemia que afecta a la humanidad", dijo Oliveri, al leer una declaración federal firmada el día anterior por el gobierno nacional, varias provincias y municipios y ratificar el compromiso del presidente Alberto Fernández con ese principio.

 

El documento se firmó en conmemoración de la Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de noviembre de 1981.

El funcionario nacional reconoció "la ejemplar convivencia y, en el ejercicio de la libertad religiosa, el diálogo entre las diferentes religiones, que es deber del Estado promover".

 

Además de Oliveri suscribieron el pronunciamiento funcionarios del gobierno porteño y de las provincias de Buenos Aires, Chaco, Chubut, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Misiones. Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Tierra del Fuego y Tucumán, además de autoridades de 32 municipios de todo el país, gobernados tanto por el oficialismo como por la oposición.