Por Carlos Esteban.

Lo cuenta Herder.de: el desafío de los alemanes propició una urgente reunión en Roma para estudiar cómo reaccionar a un desarrollo de tal gravedad, que muchos han visto como potencialmente cismático. En la reunión, discreta, participaban los cardenales Pietro Parolin, Luis Ladaria, Ouellet, Stella y algunos arzobispos de la Curia romana.

En ella se decidió que Luis Ladaria, prefecto para la Doctrina de la Fe, propusiera al Santo Padre responder a los alemanes con una carta en la que subrayara la importancia de mantener la unidad en la Iglesia. Francisco aceptó la sugerencia, pero no quiso escribirla sin antes consultar con su ‘teólogo de cabecera’, a quien ha elogiado en público como inspirador de su pensamiento. Con su ayuda, el Santo Padre redactó la carta en español, antes de que Doctrina de la Fe la tradujera al alemán.

La carta de 19 páginas pide a los obispos alemanes que encuentren una “respuesta franca a la actual situación” y advierte sobre la “fragmentación”. En su totalidad, está llena de verborragia y perogrulladas y se presta a cualquier interpretación.

Todo eso queda muy atrás, y los alemanes no parecen estar muy por la labor de obedecer las instrucciones de Roma, a juzgar por la reciente y áspera respuesta de Marx a la carta de Ouellet sobre el ‘camino sinodal’ que el episcopado alemán está a punto de iniciar y que revisará conceptos clave de moral católica y disciplina eclesiástica.