La Justicia Holística: una interpretación social y humanista

La Justicia Holística: una interpretación social y humanista

Por Victor Lupo

Ex integrante de la Comisión Nacional de Adicciones (CEA)

«No es común que un Ministerio Público Fiscal (MPF), que tiene otras obligaciones, se involucre en estas cuestiones. Es una mirada distinta; constructiva, moderna, que hace a la verdadera Justicia… es una interpretación socialmente holística de la Justicia.»

Padre “Pepe” Di Paola

Presidente de la Federación Hogares de Cristo

 

La “Justicia Holística” plantea un modo de actuar que no se limita a sancionar, sino que reconoce que el delito daña a la víctima y también a la comunidad que lo rodea. Por eso, este enfoque busca reparar el conjunto: reconstruir el tejido social, fortalecer las redes barriales y restablecer lo que se perdió de manera directa o colateral.

En el MPF de Tucumán a cargo del Dr. Edmundo Jiménez, esta visión tomó forma desde 2020, cuando la estabilidad operativa permitió ampliar la mirada más allá de la persecución penal. Con el equipo de coordinación de políticas reparatorias, los recursos incautados pasaron a transformarse en proyectos concretos que benefician a instituciones, organizaciones y espacios comunitarios.

La justicia holística también implica un abordaje integral del narcomenudeo y de las adicciones. La entrega de inmuebles decomisados a organizaciones que trabajan en recuperación, junto con la consigna “la droga es un problema de todos”, refleja que la comunidad es un actor clave en el proceso de sanación. Ninguna institución puede enfrentar sola esta problemática mundial: la respuesta debe ser siempre colectiva.

En esa misma línea se inscriben los talleres de prevención de adicciones que dicta el MPF. Estas acciones fortalecen la red de contención, promueven vínculos protectores y consolidan el concepto de comunidad como núcleo capaz de reparar, sostener y prevenir.

La Justicia Holística no es un complemento: es una manera de entender que el sistema judicial cumple su función de forma plena cuando contribuye a sanar el todo. Porque sólo cuando la comunidad se recupera, la justicia realmente cumple su propósito, exige compromiso, imparcialidad y trabajo coordinado de organizaciones y ciudadanía.

Esta forma de hacer justicia no solo restaura lo dañado, también fortalece el tejido social para que la comunidad, como sujeto colectivo, pueda sanar, sostenerse y crecer.

Esta dinámica reafirma una idea central: el MPF es parte de la comunidad, no una entidad situada por encima de ella. Su función cobra sentido pleno cuando colabora activamente en su recuperación al decir del Papa Francisco: “El todo es superior a las partes”.

 

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