Junto a Rohani, el Papa destacó el rol de Irán en Medio Oriente

Junto a Rohani, el Papa destacó el rol de Irán en Medio Oriente

Francisco recibió ayer al presidente iraní, que llamó a todos los musulmanes a proteger las iglesias y las sinagogas

Por Elisabetta Piqué

ROMA. "Gracias por su visita, tengo esperanza en la paz", le dijo Francisco al presidente iraní, Hassan Rohani, al final de la audiencia privada. "Fue un placer encontrarlo, le deseo buen trabajo y le pido que rece por mí", contestó el líder político de la mayor nación musulmana chiita, utilizando la tradicional frase de despedida de Jorge Bergoglio.

Fue el diálogo que el puñado de periodistas presente en la Biblioteca del Palacio Apostólico pudo oír ayer luego del primer cara a cara entre el Papa y el pragmático presidente iraní, marcado por amplias sonrisas y aparente buena sintonía. Durante los 40 minutos que estuvieron a solas, acompañados solamente por dos intérpretes, el Pontífice y Rohani pusieron sobre la mesa temas fundamentales.

Francisco, que no hace más que reiterar su preocupación por esa "Tercera Guerra Mundial de a pedazos en curso en el planeta", al margen de hablar sobre la conclusión y aplicación del acuerdo nuclear alcanzado en julio pasado, subrayó "el significativo papel que Irán está llamado a desempeñar, junto con otros países de la región, en la promoción de soluciones políticas adecuadas a las diversas problemáticas que afligen a Medio Oriente, contrastando la difusión del terrorismo y el tráfico de armas", indicó un comunicado de la Santa Sede.

"Al respecto -agregó, se recordó la importancia del diálogo interreligioso y la responsabilidad de las comunidades religiosas en la promoción de la reconciliación, de la tolerancia y de la paz."

El comunicado del Vaticano no mencionó a Siria, Irak y la lucha contra el flagelo del grupo terrorista fundamentalista Estado Islámico que allí está haciendo estragos. Pero la diplomacia del Vaticano desde hace tiempo insiste en la importancia de Teherán en el dramático rompecabezas regional.

Rohani se reunió luego con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y con el arzobispo británico Paul Gallagher, "canciller" de la Santa Sede.

Las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Irán, establecidas en 1954, nunca fueron interrumpidas, ni siquiera por la revolución islámica de Khomeini, en 1979. Irán tiene una población de más 77 millones de personas, la mayoría musulmanes chiitas; también una minoría cristiana de unas 350.000 personas, con 5000 católicos, que goza de libertad de culto.

Fue parte de la primera gira de cuatro días a Europa que hace el presidente iraní no sólo para relanzar la imagen del país luego de haber sellado el pacto nuclear con Occidente, sino también para restablecer lazos económicos interrumpidos por las sanciones que habían sido impuestas al país.

En este sentido, al margen de invitar al premier italiano, Matteo Renzi, a su país, en un encuentro que mantuvo con empresarios antes de ver al Papa, Rohani pronunció una frase que fue muy aplaudida en tiempos de psicosis terrorista: "El Corán invita a los musulmanes a proteger antes las iglesias y las sinagogas: esto significa tolerancia".

Aunque en los últimos días se especuló con una invitación también al Papa para viajar a Irán -país jamás visitado por un Pontífice, nadie mencionó semejante posibilidad. Pero con Francisco nunca se sabe.

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