El islam frente al desafío del cambio climático

El islam frente al desafío del cambio climático

Este verano de 2022 estuvo marcado por unas condiciones meteorológicas excepcionales, con muchos países desfigurados por una intensa serie de olas de calor, por una inusual sequía y algunos megaincendios sin precedentes que afectaron a la sociedad y a la naturaleza.

Este verano de 2022 estuvo marcado por unas condiciones meteorológicas excepcionales, con muchos países desfigurados por una intensa serie de olas de calor, por una inusual sequía y algunos megaincendios sin precedentes que afectaron a la sociedad y a la naturaleza.

Las tendencias mundiales actuales (cambios demográficos, consumo creciente, degradación ambiental, incluido el cambio climático) ejercen presiones significativas sobre la disponibilidad y el uso de los recursos naturales. Sin embargo, son bienes comunes y su protección es una obligación moral que requiere que los seres humanos actúen de manera que aseguren la supervivencia de las generaciones futuras.

Dios el Altísimo dice en el Corán: “La corrupción se ha manifestado en la tierra y el mar por lo que los seres humanos han hecho, para que prueben algo de lo que han hecho y así, quizás, regresen al buen camino” (Sura 30, versículo 41).

El Sagrado Corán también nos dice que el universo no es el resultado de la casualidad. Fue diseñado a propósito. Cada elemento del universo fue creado para adorar a Dios, quien administra Sus criaturas y creaciones usando unas para el beneficio de las otras y controlando los ciclos milagrosos de la vida y la muerte. Dios el Altísimo dice en el Corán: “En verdad, hemos creado todo en su justa medida.” (Sura 54, versículo 49).

La ciencia es clara. Se afirma en el informe del Panel de Expertos sobre el Clima (IPCC) que limitar el calentamiento global a 1,5°C requeriría transiciones “rápidas y de largo alcance” en las áreas de planificación del espacio, energía, industria, transporte y urbanismo. Es un esfuerzo gigantesco, que requerirá cambios importantes y la transformación de nuestros estilos de vida actuales. Tales esfuerzos requerirán voluntad, autodisciplina, capacidad de compromiso por el bien común, confianza, saber conformarse con poco y dar con generosidad.

El islam insta a la humanidad a interactuar responsablemente con la Tierra y las criaturas que existen en ella.

La historia de la humanidad prueba abundantemente que la fe religiosa es una fuerza poderosa para comprometerse con nuevas formas de vida. Los creyentes siempre han sabido encontrar en sus Textos Fundacionales la capacidad de emprender acciones concretas. Es particularmente a nivel de la conciencia que debemos actuar para que todos estén de acuerdo en sacrificarse por el bien común, muestren compasión, cooperen y estén en una relación de amor con todo lo que vive en nuestra Tierra.

Dios también dice en el Corán: “Y expandimos la Tierra y pusimos en ella firmes montañas e hicimos surgir de todo de manera equilibrada” (Sura 15, versículo 19).

La religión musulmana insta a la humanidad a interactuar amable y responsablemente con la Tierra y las criaturas que existen allí. El Sagrado Corán nos ha advertido solemnemente contra el desorden, la codicia, el despilfarro de recursos y cualquier acción encaminada a romper el equilibrio ecológico establecido. Dios dice en el Corán: “Aquellos que violan el pacto establecido con Dios después de haberlo aceptado, y cortan lo que Dios ha ordenado que continúe unido corrompen la Tierra. Esos son los perdedores (Sura 2, versículo 27).

Al revisar los escritos del Corán y las enseñanzas del Profeta Muhammad (PB), encontramos que la naturaleza y el universo ocupan un lugar primordial. El islam nos ha hecho comprender que la adoración a Dios no se limita a obras espirituales como la oración, el ayuno y la peregrinación, sino que también abarca todos los mandamientos divinos sobre la protección de la naturaleza y la vida. El islam ha señalado claramente los caminos a seguir para mantener los mayores equilibrios ecológicos y así evitar las catástrofes climáticas que actualmente vive la humanidad.

La conciencia religiosa del componente ecológico es fundamental

Frente a los desafíos ecológicos actuales, estamos llamados a redefinir nuestra forma de convivencia para preservar el equilibrio humano y ecológico. Dios el Altísimo dice en el Corán: “No os destruyáis con vuestra propia mano y haced el bien. Ciertamente Dios ama a quienes hacen el bien” (Sura 2, versículo 195).

El cambio está en camino. A veces está fuera de nuestro campo de visión, pero si le prestamos atención, encontramos que en la comunidad musulmana muchas personas o grupos de personas están experimentando con acciones solidarias y alternativas. Estas ofrecen elementos de reflexión y son vías para la búsqueda común de nuevas soluciones.

Aquí hay algunos ejemplos de acciones:

• Declaración Islámica sobre el Cambio Climático: Eruditos religiosos musulmanes de todo el mundo se reunieron en Estambul para discutir los desafíos ambientales contemporáneos.

• Encuentros de Ecología Musulmana: encuentros de sensibilización y movilización que nacen de la iniciativa de grupos de jóvenes musulmanes preocupados por su entorno.

• Mezquitas ecológicas: lugares de culto que respetan la calidad ambiental.

Para lograr esto, es esencial la conciencia religiosa del aspecto ecológico para explicar a los fieles todas las formas de delitos ecológicos y daños causados al medio ambiente y para designar las buenas obras (ma’rûf) y las acciones dañinas (munkar) en relación a la naturaleza humana y a la Creación.

Por eso, del 2 de octubre al 6 de noviembre, unas semanas antes de la conferencia climática de la ONU (COP27) que se celebrará en Egipto, la ONG GreenFaith está organizando una movilización mundial titulada “¡Religiones por la justicia climática!” Ellos invitan a pronunciar un sermón (jutba al yumua) de uno de los cinco viernes entre el 2 de octubre y el 6 de noviembre sobre este tema. La información detallada y el registro están disponibles en línea.

Cuidar la creación de Dios es nuestra responsabilidad como musulmanes. Sabemos que se acaba el tiempo para frenar su deterioro. Es preciso sumarse a la movilización.

Comentá la nota