Radrizzani pidió por “la concordia y la justicia, la prosperidad y la paz” y citó a Francisco: “No le saquen el cuero a nadie”. Recorrieron las instalaciones de la basílica restaurada. Poli solicitó “gobernar con olvido del propio interés”.
En la Basílica de Luján, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, rodeada del vicepresidente Amado Boudou, todo su Gabinete y el gobernador bonaerense Daniel Scioli, participó del Tedéum, acto religioso de acción de gracias, en conmemoración del 205º aniversario de la Revolución de Mayo. La ceremonia estuvo presidida por el arzobispo de Luján-Mercedes, Agustín Radrizzani, quien aprovechó la ocasión para agradecerle al Gobierno por la restauración del más importante templo católico del país. El cardenal Mario Poli hizo una ceremonia en la Catedral, a la que asistió el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
En su homilía Radrizzani pidió por “la concordia y la justicia, la prosperidad y la paz” de todos los argentinos y citó las palabras del papa Francisco cuando, antes de iniciar su ministerio como Sumo Pontífice, envió un mensaje a sus compatriotas que espontáneamente se habían reunido frente a la Catedral de Buenos Aires. “No le saquen el cuero a nadie”, había dicho Bergoglio en aquella ocasión, pidiendo a los argentinos que trabajen por la unidad, caminen juntos y se cuiden unos a otros. Al hacer memoria ahora de ese episodio el arzobispo de Luján recordó la dificultad planteada para traducir aquel mensaje a otros idiomas. En ese momento, la Presidenta, vestida con un tapado celeste y una chalina blanca, esbozó una sonrisa.
Radrizzani también abogó por “iniciativas cada vez más amplias y generosas en favor de todos, que incluyan a pobres y excluidos” y subrayó la importancia de una buena “convivencia, mayor solidaridad, mayor justicia social y decidida participación de todos en los proyectos comunes”.
En su homilía, el arzobispo sostuvo que en esta “nueva etapa de nuestro camino en la historia, siempre es oportuno cultivar la auténtica convivencia” y alentó a promover iniciativas “más amplias y generosas a favor de todos, especialmente de los más pobres y desprotegidos, social y económicamente”.
“Hay que intensificar los esfuerzos de una promoción cultural y educativa de profunda raigambre humanística para la niñez y la juventud”, siguió diciendo. Y agregó que para ello es necesario “volver a encarnar en nuestra vida diaria la cultura del trabajo honesto y abnegado en favor de la recuperación espiritual y material de todo el organismo social”.
Al mismo tiempo estimuló por “una opción clara y firme por la recuperación del hombre y la sociedad argentina, sin más meta que el bien común de la Nación, superando las dificultades y consiguiendo el don inapreciable de la paz social”.
El obispo pidió a los dirigentes sociales y políticos que “superen las dificultades con el don de la paz social”, para la “recuperación del hombre y la sociedad argentina”, para que “sigan creciendo y cumpliendo con los deberes ciudadanos con altura moral”, en un contexto de “paz, solidaridad y concordia”.
Como parte del acto, representantes de la comunidad armenia, islámica, judía y ortodoxa hicieron sus propias plegarias con motivo del 205º Aniversario de la Revolución de Mayo.
Antes de comenzar la ceremonia, la Presidenta y Radrizzani, junto con algunos funcionarios y dirigentes políticos, habían recorrido las instalaciones de la basílica restaurada.
Una vez finalizado el Tedéum y en el Claustro de la Basílica, Cristina Fernández y el canciller Héctor Timerman saludaron a los miembros de las delegaciones extranjeras presentes. Con posterioridad, la Presidenta se dirigió a la plaza ubicada enfrente a la basílica y allí se encontró con los vecinos que se habían concentrado para participar del acto y saludarla.
Mientras tanto, en Buenos Aires, y ante el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, el cardenal Mario Poli solicitó a los dirigentes políticos y a las autoridades “gobernar con olvido del propio interés y luchar con integridad moral contra la injusticia”. En sintonía con lo manifestado en los últimos documentos de la Conferencia Episcopal y con lo dicho en Luján por Radrizzani, Poli insistió en la importancia de achicar “la brecha que separa a las clases sociales”. Y agregó que “juntos hacemos la patria fraterna, base de una comunidad política auténtica. Esto nos hace superar la idea de que el otro es un adversario, cuando no un enemigo”, dijo.
Desde la catedral porteña Poli elevó su plegaria a Dios y a la Virgen de Luján por la “pacificación, reconciliación, justicia y progreso para nuestro pueblo”.
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