Francisco emocionó a los cubanos con una homilía pastoral

Francisco emocionó a los cubanos con una homilía pastoral

Más de 150 mil personas asistieron a la Plaza de la Revolución de Holguín para participar de la segunda misa del Papa en Cuba. El día terminó en Santiago, ciudad en la que hoy oficiará su última ceremonia en la isla y donde anoche visitó en privado el santuario de la Virgen del Cobre.

Por Claudio Mardones

En el segundo y penúltimo día de su gira caribeña, el Pontífice argentino Jorge Mario Bergoglio recorrió el interior del oriente cubano antes de concluir hoy la primera parte del viaje, para despegar al mediodía hacia los Estados Unidos. Ayer, muy temprano, se despidió de La Habana a bordo del avión papal y cruzó 800 kilómetros con destino a Holguín, la tercera ciudad más grande del país, donde protagonizó una masiva homilía matinal en la plaza principal de esta ciudad que reunió a más de 150 mil personas, un número cercano a las 200 mil que convocó el domingo en la capital de la isla. Fue la primera vez que los "holguineros" recibieron a un Papa en su propia tierra.

Enfundado en una sotana roja, por la fiesta del apóstol San Mateo, el sacerdote jesuita habló desde un escenario de techo azul marino, por el color del mar caribe de las costas donde apareció la santa patrona del país, la Virgen de la Caridad del Cobre, cuyo santuario nacional está en Santiago de Cuba, cuna de la Revolución y última escala de la visita pontificia en el Caribe. Desde el primer escenario holguinero, Francisco enunció una misa cargada de conceptos pastorales, pero con claros contornos políticos. "Para Mateo –leyó– y todo el que sintió la mirada de Jesús, sus conciudadanos no son aquellos a los que "se vive", se usa y se abusa. La mirada de Jesús genera una actividad misionera, de servicio, de entrega. Su amor cura nuestras miopías y nos estimula a mirar más allá, a no quedarnos en las apariencias o en lo políticamente correcto", pronunció el Papa, acompañado, desde muy cerca, por un influyente compatriota que ejerce su ministerio en esta ciudad provincial: el sacerdote oriundo de San Isidro, Jorge Luis Jara, un discreto interlocutor del Pontífice nacido en el barrio porteño de Flores. Para entonces, la Plaza de la Revolución local "Calixto García Íñiguez" ardía bajo un calor más húmedo que el que recién anoche empezó a aflojar en La Habana. En sus reflexiones, donde deslizó que muchos cubanos van a misa en sus casas de misión por la falta de iglesias, Francisco cerró su homilía con una nueva alusión a la actualidad cubana. "Le pido (a la Virgen del Cobre) que mantenga sobre todos y cada uno de los hijos de esta noble nación su mirada maternal y que sus ojos estén siempre atentos a cada uno de ustedes, sus hogares, familias, a las personas que puedan estar sintiendo que para ellos no hay lugar." La ceremonia concluyó con un mensaje de agradecimiento del obispo local, Emilio Aranguren, donde expresó, en el mismo tono pastoral y político, que "las autoridades del país conocen bien que la Iglesia no pide para sí, sino que solicita aquello que necesita para cumplir con la misión que Jesús le encomendó". El mensaje, según explicó luego el vocero vaticano Federico Lombardi, estuvo dirigido a la falta de templos e iglesias en el país donde el sincretismo religioso popular combina el cristianismo con los credos afrocubanos.

Por la tarde Francisco subió a la "Loma de la Cruz", la mayor vista panorámica de Holguín, encabezada por una gran cruz cristiana. Luego recorrió la ciudad y siguió viaje hacia Santiago de Cuba, donde anoche protagonizó una visita privada al santuario de la Virgen del Cobre, el mismo lugar donde mañana dará su última misa. La cita que realizó Bergoglio anoche fue sin fieles, pero con un coro de niños que cantó "Yo vengo a ofrecer mi corazón", del rosarino Fito Páez.

La agenda entre Holguín y Santiago tuvo dos conferencias de prensa del vocero papal. En la primera escala, ante las consultas de dos periodistas argentinos sobre detenciones de disidentes que reclamaron encontrarse con Francisco, Lombardi repitió que "hubo llamadas desde la nunciatura para algunas personas, pero no estaba previsto ningún encuentro con ellos". Sobre los planteos que haría el Papa en EE UU contra el bloqueo, el portavoz aclaró que "es una larga tradición de la Iglesia condenar el bloqueo. Es algo que los Papas precedentes han hecho. Eso no es muy nuevo. Pero lo que dirá el Papa Francisco sobre el bloqueo tendremos que escucharlo. Yo siempre hablo de lo que ha dicho, no lo que dirá", dijo Lombardi, y abrió una etapa de suspenso.

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