Por Dolores Álvarez

Mientras en las costas de Libia un nuevo naufragio causaba la muerte de al menos siete personas, el Papa Francisco invitó a los fieles reunidos en la Plaza San Pedro de Roma a rezar en silencio por los inmigrantes que pierden cotidianamente la vida en "viajes terribles", y recordó a las 71 personas que murieron asfixiadas en un camión en Austria. Durante el tradicional Ángelus en el Vaticano, Jorge Mario Bergoglio lanzó, además, un llamado urgente para que la comunidad internacional "coopere con eficacia" para impedir que se repitan estas masacres que, según el Obispo de Roma, son "crímenes que ofenden a toda la familia humana". 

En el domingo que la liturgia católica le dedica a la hipocresía, Francisco apeló a la sensibilización de los cristianos frente a la tragedia del camión que fue hallado el jueves pasado en la autopista Budapest-Viena; en el cual, subrayó, "había cuatro niños". El Pontífice dijo haber confiado a todas las personas que murieron "a la misericordia de Dios".

El ex arzobispo de Buenos Aires imploró para que la comunidad internacional se junte y ponga "fin a la violencia y abuso de poder" que impulsan a los inmigrantes a escapar de sus países de origen en busca de protección. El Papa pidió un minuto de silencio para rezar por las víctimas que pierden la vida en "viajes terribles" y "por todos los inmigrantes que sufren".

Durante la plegaria, Francisco se refirió, además, a la persecución de los cristianos y recordó que el sábado, en Harissa (Líbano), fue proclamado beato el obispo siro-católico Flaviano Michele Melki, martirizado en el contexto de una "tremenda persecución". Francisco describió al prelado como "un defensor infatigable de los derechos de su pueblo, exhortando a todos a permanecer firmes en la fe".

En relación a este tema, Bergoglio subrayó que "también hoy en Medio Oriente y en muchas otras partes del mundo, los cristianos son perseguidos" y dijo esperar que la beatificación de este obispo,un siglo después de su decapitación a manos de otomanos (durante las masacres contra las minorías armenias, asirias y griegas), "infunda en ellos consuelo, valentía y esperanza".