Doscientos setenta mil escuelas en red en poco más de un año, y el motor sigue trabajando a plena marcha. Al entrar en la sala de comando uno se pregunta cómo es posible que una oficina del centro de Buenos Aires equipada con muebles de segunda mano tenga suficiente espacio para contener el trabajo febril que requiere una empresa de estas dimensiones.
El motor de las Scholas Occurrentes –escuelas para el encuentro, en una libre y aceptada traducción- es una extraña combinación, un mix de sindicalismo, pasión educativa, filosofía y cierta dosis de teología: está formado por José del Corral, director del Instituto San Martín de Tours y Enrique Palmeyro, coordinador de proyectos relacionados con lo que se ha dado en llamar “economía popular”. Del Corral recuerda muy bien aquel mediodía de agosto, el 13 para ser más exactos, cuando salió de la Plaza de San Pedro donde pocos meses antes había asistido a la primera misa de su amigo elegido Papa. Vestía en aquel momento el delantal blanco de maestro y estuvo en primera fila durante la ceremonia, junto con un cartonero de Buenos Aires a quien Palmeyro había pagado el viaje a Roma. Después el Papa lo mandó a llamar y él recorrió los doscientos metros desde la plaza hasta Santa Marta con cierto nerviosismo. La investidura se realizó con la rapidez habitual de Bergoglio en Buenos Aires.
El maestro salió, un par de horas después, como titular de un mandato especial: organizar una red mundial de escuelas para hacer circular proyectos pedagógicos, deportivos y artísticos a fin de incorporar la mayor cantidad posible de personas al sistema educativo. “Incluir” es la palabra clave del proyecto, “porque incluir es trabajar al mismo tiempo por la paz”, aclara Del Corral sobre la consigna papal. Para explicar cuán necesario es este trabajo, cita las estimaciones de la Unesco, que hablan de 60 millones de niños en edad escolar que no asisten a ninguna escuela, mientras otros 250 millones no reciben siquiera los elementos básicos para una educación que se pueda considerar tal.Después de aquel día de agosto del año pasado, Del Corral volvió a la residencia de su compatriota el Papa otras 7 veces.
“Trabajamos junto con él una vez por semana, cara a cara o a distancia, intercambiamos mail, llamadas telefónicas, le enviamos informes sobre cómo van las cosas; él quiere estar al corriente, empuja con una fuerza y una convicción que nos sorprende”. Del Corral recuerda que Francisco en persona “inauguró la red de Scholas Occurrentes el 4 de septiembre, con una videoconferencia con los estudiantes por primera vez en la historia de un pontificado, como hio notar el padre Lombardi”.
En pocas palabras, las Scholas Occurrentes son importantes para el Papa. “Está convencido de que no puede haber cambios en el mundo que no pasen por la educación”, observa Del Corral.Las Escuelas para el diálogo son como una avalancha que baja por la montaña hacia el valle y va creciendo minuto a minuto. Del Corral repasa números: “70 países involucrados hasta el momento y solo una minoría de las escuelas que han entrado en la red son católicas. Antes de fin de año abriremos un centro en Mozambique”. A los viajes a Roma suma muchos otros, en función del compromiso que ha asumido. El último, hace pocas horas, al vecino Uruguay.
“El presidente Mujica dejó lo que estaba haciendo, en plena campaña electoral, y se comprometió a implantar Scholas en Uruguay. El nuevo arzobispo de Montevideo, Mons. Sturla -que participó en el encuentro junto con el Imam y un representante de la comunidad judía-, quedó sorprendido por el compromiso de Mujica, quien afirmó que estaba plenamente convencido de que el trabajo conjunto de las escuelas públicas y privadas es necesario si queremos un verdadero cambio”. El interés por las Scholas Occurrentes también es muy fuerte en América Central.
“Estuve en El Salvador y entre otras cosas tuve un encuentro con representantes de las pandillas. La Organización de Estados Americanos (OEA) también ha manifestado interés, lo mismo que los paíese andinos, como Ecuador, con Correa”.En los últimos días la prensa argentina habló mucho de José del Corral. El periodista Sergio Rubín, autor junto con Angela Ambrogetti de la afortunada entrevista a Bergoglio “El Jesuita”, reveló que la presidente Kirchner tenía en mente su nombre para la representación diplomática argentina ante la Santa Sede. Un homenaje y una expresión de su interés en mantener buenas relaciones con el Papa. Pero precisamente el Papa rechazó la candidatura, prefiriendo que su amigo Del Corral siguiera a la cabeza de las Scholas.
Le preguntamos a Del Corral si las cosas realmente ocurrieron de ese modo y si cree tener aptitudes para la carrera diplomática. A la primera parte de la pregunta, responde con un prudente silencio, a la segunda, dice que no se siente frustrado: “Me considero un empleado del Papa”.
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