Comunicado del Consejo Permanente de la CEP con relación a reclamos de los campesinos y cooperativistas

Comunicado del Consejo Permanente de la CEP con relación a reclamos de los campesinos y cooperativistas

Los miembros del Consejo Permanente de la CEP agradecemos la grata visita que nos hicieron, hoy por la mañana, 13 de abril de 2016, los representantes de la Mesa Intersectorial. A la vez, a partir del conocimiento que tenemos dela problemática de la tierra en el Paraguay y nuestra reflexión a la luz de la palabra de Dios y del Magisterio deseamos brindar la voz orientadora para que sigan buscando a través de su digno trabajo y de sus luchas, la dignificación del campesinado paraguayo.

Reconocemos que sus clamores manifestados durante más de 13 días en la Capital son el eco de un largo historial por la falta de solución por las anteriores y actuales autoridades competentes.

En ese sentido, nos preocupa la seriedad de los reclamos que no encuentran ecos de soluciones y reformas institucionales que favorezcan el desarrollo y el arraigo de nuestro pueblo; dilaciones que generan aún mayores  tribulaciones y  sufrimientos de los sectores más  vulnerables y desfavorecidos.

Para eso, es importante que consolidemos el consenso entre los distintos sectores con el fin de llegar a un acuerdo que beneficie a todos.

Ante la actual circunstancia y la naturaleza de los reclamos, de campesinos y cooperativistas exhortamos vivamente a las autoridades del Gobierno y Mesa Itersectorial a establecer una mesa de diálogo para tratar puntualmente los reclamos en el respeto y la búsqueda de soluciones que  fomenten el bien común.

Valoramos su resistencia pacífica y la de los Cooperativistas. El Papa nos exhortaba en su visita al Paraguay: “el diálogo es para el bien común, y el bien común se busca, desde nuestra diferencias, dándole posibilidad siempre a nuevas alternativas. Es decir, busca algo nuevo. Siempre, cuando hay verdadero diálogo, se termina –permítanme la palabra pero la digo noblemente– en un acuerdo nuevo, donde todos nos pusimos de acuerdo en algo”. (Leon Condou, 11 de julio del 2015).

Acompañamos con nuestras oraciones este proceso, depositando confianza en los programas de desarrollo integral campesino, en especial, hacemos un llamado a promover la Agricultura Familiar Campesina.

Recordamos que “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa, bajo la egida de la justicia y con la compañía de la caridad” (Gaudium et Spes, 69)

Solicitamos la presencia del Estado al lado de los campesinos, en los lugares que haga falta y que promueva programas  adecuados para dar solución a sus necesidades diarias evitando el desarraigo de muchas familias paraguayas.

La Iglesia, servidora de la verdad y de la vida, siempre ha valorado la práctica del cooperativismo en la sociedad, pues cumple un bien social en la promoción de la solidaridad en el uso de los bienes materiales, parte del Bien Común. Que el trabajo cooperativo siga fomentando esa buena práctica y sus prerrogativas sean respetadas y ponderadas en el momento de sancionar una ley.

El bien de muchos, es el bien conquistado con el esfuerzo y el compromiso responsable del trabajo en cooperación. En consecuencia, en el momento de sancionar una ley, consideramos necesario tomar el peso a las consecuencias que la misma podría tener con respecto del beneficio que las Cooperativas aportan a los que buscan honestamente forjar para los suyos un mejor porvenir. Comprometemos nuestra oración para que a la hora de dirimir y decidir sobre el tema, iluminados por la Gracia del Espíritu Santo prime la sensatez para promover una ley justa para todos.

Consideramos oportuno mencionar lo que en estos días, dijo el Papa Francisco en la Red de Oración Mundial del Papa dedicado a los pequeños agricultores: “La tierra es un don de Dios. No es justo utilizarla para favorecer sólo a unos pocos, despojando a la mayoría de sus derechos y beneficios. Gracias campesino. Tu aporte es imprescindible para toda la humanidad. Como persona, hijo de Dios, mereces una vida digna”.

Invitamos a los campesinos, cooperativistas, gobierno y el pueblo en general a que busquemos afanosamente fortalecer el estado de derecho en la tarea de trabajar y construir la paz y la justicia.

Comentá la nota