China y la Iglesia Católica están escribiendo una nueva etapa

China y la Iglesia Católica están escribiendo una nueva etapa

La Santa Sede mira al pueblo chino con profunda simpatía y con gran atención y reconoce los importantes pasos que ha dado recientemente en los campos social, económico y educativo, a pesar de que persisten muchas dificultades.

“No temáis, manada pequeña” (Lucas 12,32).

Hasta la presente ningún jerarca de la Iglesia Católica ha visitado China, solo sobrevolado su espacio aéreo por el papa Francisco; circulando “en los últimos tiempos, muchas voces opuestas sobre el presente y, especialmente, sobre el futuro de la comunidad católica en China”; algunos de los cuales se sentirían abandonados por el Vaticano; circunstancia que ha alimentado el acercamiento Santa Sede y la República Popular de China.

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San Juan Pablo II, hace 20 años en el IV centenario de la llegada a Pekín del padre Matteo Ricci, refirió que Ricci escribió al emperador Wan-li un Memorial en el que, presentándose como religioso y célibe, sólo pedía poder poner a su servicio cuanto había podido aprender sobre las ciencias ya en el “gran Occidente”, de donde había llegado. 

Así mismo el papa polaco recordó que “la Santa Sede mira al pueblo chino con profunda simpatía y con gran atención. Son conocidos los importantes pasos que ha dado recientemente en los campos social, económico y educativo, a pesar de que persisten muchas dificultades”. 

“China y la Iglesia católica, bajo aspectos ciertamente diversos, pero de ningún modo contrapuestos, son históricamente dos de las más antiguas “instituciones” vivas y activas del mundo: ambas, aunque en ámbitos diferentes —una, en el político-social; otra, en el religioso-espiritual—, cuentan con más de mil millones de hijos e hijas”. 

En la Carta de Benedicto XVI del 27/05/07 a los católicos chinos, indica que la condición de clandestinidad se justifica en la medida en que es necesaria para la protección de la vida y la defensa de la fe en circunstancias adversas. Francisco dirigió a los católicos chinos un mensaje en septiembre 2018, considerando a esa nación “como una tierra llena de grandes oportunidades, y al Pueblo chino como artífice y protector de un patrimonio inestimable de cultura y sabiduría”.

Ciertamente el “hielo diplomático” ha impedido concretar una visita de un papa a esa nación, que se suponía lo harà el papa Francisco, quien sigue recorriendo el camino de Juan Pablo II, considerado el que más se ha aproximado a esa Nación, y continuado por Benedicto XVI. La Exhortación Apostólica Eccesia In Asia de Juan Pablo II pone de relieve que “En algunos lugares los cristianos son considerados traidores con respecto a su país, son perseguidos y se les niega su legítimo lugar en la sociedad. Los padres sinodales recordaron de modo especial al pueblo de China, y expresaron su ferviente deseo que todos los católicos chinos puedan un día practicar su religión libremente y profesar abiertamente su plena comunión con la Sede de Pedro”.

Más allá de las penalidades que soporta la pequeña comunidad católica china, está en juego la cuestión de los nombramientos episcopales; alrededor del cual “la Iglesia Católica en China ha sido dolorosamente marcada por profundas tensiones, heridas y divisiones”. China tiene 2 cardenales no electores (mayores de 80 años) en el Colegio Cardenalicio.

Un Acuerdo Provisorio China-Vaticano de 2018, que tiene como propósitos promover el anuncio del Evangelio y alcanzar la unidad de la comunidad católica, vence el 21 de septiembre del 2020.

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