"Desde el primer día de su pontificado, el Papa Francisco se preocupó y trabajó para lograr un mundo de paz y de solidaridad con los humildes y necesitados.", escribió la institución islámica en un comunicado emitido este lunes 21 de abril.
La institución islámica emitió este lunes un comunicado donde lamenta profundamente el deceso del Papa Francisco y ruega que quiera Dios, Altísimo y Misericordiosísimo, otorgarle Su Paz a su alma y que alivie el dolor de sus familiares, y el de todos los creyentes católicos.
Texto del comunicado:
El Centro Islámico de la República Argentina lamenta profundamente el deceso del Papa Francisco y ruega que quiera Dios, Altísimo y Misericordiosísimo, otorgarle Su Paz a su alma y que alivie el dolor de sus familiares, y el de todos los creyentes católicos.
Desde el primer día de su pontificado, el Papa Francisco se preocupó y trabajó para lograr un mundo de paz y de solidaridad con los humildes y necesitados.
En el Ángelus dominical del domingo 1 de septiembre de 2013, expresó: “Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz. Queremos que en nuestra sociedad destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz. Nunca más la guerra.”.
El Papa Francisco en su primera exhortación apostólica, llamada en latín Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio), el 24 de noviembre de 2013, mencionó específicamente las relaciones entre cristianos y musulmanes: «En esta época adquiere gran importancia la relación con los creyentes del Islam, hoy particularmente presentes en muchos países de tradición cristiana donde pueden celebrar libremente su culto y vivir integrados en la sociedad. Nunca hay que olvidar que ellos, “confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día final”. Los escritos sagrados del Islam conservan parte de las enseñanzas cristianas; Jesucristo y María son objeto de profunda veneración, y es admirable ver cómo jóvenes y ancianos, mujeres y varones del Islam son capaces de dedicar tiempo diariamente a la oración y de participar fielmente de sus ritos religiosos».
El lunes 4 de febrero de 2019, se produjo el encuentro fraternal entre el Sheij Ahmed el Tayyeb, Gran Imam de la Universidad de Al-Azhar en El Cairo (República Árabe de Egipto), y el Papa Francisco I, en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos. Ese viaje histórico significó la primera visita de un pontífice católico a la península arábiga. En la declaración firmada sobre “La fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia común”, se afirma: «En el nombre de Dios y de todo esto, Al-Azhar al-Sharif —con los musulmanes de Oriente y Occidente—, junto a la Iglesia Católica —con los católicos de Oriente y Occidente—, declaran asumir la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio».
La relación del Centro Islámico de la República Argentina con el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Francisco I se inició oficialmente en la mañana del lunes 17 de mayo de 2004, cuando el entonces Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de la Argentina, Monseñor Jorge Mario Bergoglio, visitó por primera vez la sede del CIRA [lo haría en dos ocasiones más], y escribió en el libro de visitas: “Doy gracias a Dios, el Misericordioso, por la hospitalidad fraterna, por el espíritu de patriotismo argentino que encontré y por el testimonio de compromiso con los valores históricos de nuestra patria”.
Su desaparición física no impedirá que lo recordemos siempre como un alma que bregó incansablemente por un mundo de amor, de paz, de solidaridad y de convivencia. En su mensaje de la Encíclica Laudato si (“Alabado seas”) del 24 de mayo de 2015, el Papa Francisco señaló: «El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común».
«Quienes hagan actos buenos y rectos, recibirán una recompensa, constante y sin medida.» (El Generoso Corán, 41:8
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