El ambiente de comunión episcopal que fue común durante la Reunión General de Coordinación del CELAM realizada en Bogotá, del 21 al 24 de julio, se enmarcó en un particular contexto histórico: la celebración de los 60 años de vida y misión del CELAM.

Sobre este asunto el secretario adjunto del CELAM, el Pbro. Leonidas Ortiz, compartió durante la segunda sesión de la Reunión, algunos de los momentos más significativos en la vida y misión del Consejo Episcopal Latinoamericano, considerando también sus “hitos precursores” más representativos, como los concilios limenses y mexicanos del siglo XVI, el Concilio Plenario Latinoamericano de finales del siglo XIX, y el nacimiento de algunas Conferencias Episcopales como la de México y la de Colombia, en 1908. Además, la Encíclica Lacrimabili Statu Indorum, del papa san Pío X, publicada en 1912, se destaca como la primera Encíclica dirigida a los arzobispos y obispos de América Latina, “denunciando la explotación de los indios en Latinoamérica”.

Otros acontecimientos que se sitúan en la antesala de la primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Río de Janeiro (1955), fueron el XXXII Congreso Eucarístico Internacional de Buenos Aires en 1934, la fundación del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) en 1942, la creación de la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC) en 1945, el nacimiento de la Conferencia Episcopal Brasileña en 1952, y el Congreso Latinoamericano de Vida Rural en 1953.

Con relación a esta primera Conferencia General, el padre Leonidas recordó a algunos de sus gestores: monseñor Antonio Samoré, nuncio apostólico en Colombia; monseñor Manuel Larraín, obispo de Talca-Chile; y dom Hélder Câmara, obispo de Recife-Brasil y secretario general de la CNBB, y no dejó de señalar que, como hecho fundante y en palabras de san Juan Pablo II, Río “habría de ser la Conferencia General del Episcopado que abriera el camino de la Nueva Evangelización del Continente, continuado después por las sucesivas Conferencias”.

Posteriormente, entre 1958 y 1959 se funda la Organización de Seminarios Latinoamericanos (OSLAM), la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), y la Pontificia Comisión para América Latina (CAL). Años más tarde, de 1960 a 1968, se crean los Institutos Latinoamericanos de Catequesis y Pastoral con énfasis en liturgia, en diversas latitudes del Continente, que luego darían lugar al Instituto Teológico Pastoral para América Latina (ITEPAL), que en su primera década funcionó en Medellín (1974-1984), antes de su traslado definitivo a Bogotá. 

A la luz de estos elementos, la mayor parte de la presentación del secretario adjunto del CELAM dio relevancia a los temas, los contenidos y los participantes de Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968), la Tercera en Puebla (1979), la Cuarta en Santo Domingo (1992) y la Quinta en Aparecida (2007), destacando también el importante aporte de los Pontífices que acompañaron y orientaron la vida y misión del CELAM en cada época, así como de los pastores que en su momento las presidieron.

Otros momentos determinantes para la Iglesia en América Latina y el Caribe también fueron abordados durante la presentación, como la oficialización de las Conferencias Nacionales Episcopales, por solicitud del beato Pablo VI en 1966, la elaboración del Primer Plan Global del CELAM en 1975, la Asamblea Especial del Sínodo para América en 1997, la aclaración que san Juan Pablo II hizo de la identidad de las Conferencias Episcopales en su Motu Proprio Apostolos Suos, en 1998, y, más cercanamente, el nacimiento del Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL) y del Observatorio Pastoral en 2003, así como la unificación de los Centros de Estudios del CELAM en el CEBITEPAL, en 2014. 

A este rico itinerario del CELAM, a lo largo de seis décadas, se suma la elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como primer Papa latinoamericano que, según el padre Leonidas, es “fruto maduro del caminar de la Iglesia latinoamericana y caribeña”.