El Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, pidió un compromiso más decidido a la comunidad internacional frente a las causas fundamentales de la crisis migratoria actual, especialmente las que son “obra humana”, como la guerra y el comercio de armas.
“Dado que las decisiones humanas provocan conflictos y guerras, está a nuestro alcance y es responsabilidad nuestra afrontar las causas fundamentales que llevan a millones de personas a convertirse en refugiados, migrantes forzados y desplazados internos”, dijo el Cardenal Parolin en la Cumbre de la ONU sobre Refugiados y Migrantes en Nueva York, el 19 de septiembre.
“Nuestro mayor desafío es identificar y actuar sobre las causas que obligan a millones de personas a abandonar sus hogares, sus medios devida, sus familias y sus países, arriesgando sus propias vidas y las de sus seres queridos para buscar la seguridad, la paz y una vida mejor en tierras extranjeras”, continuó.
El Purpurado destacó además el incremento de la persecución religiosa como una causa de desplazamiento, y reconoció que “a pesar de que otros grupos son objeto de ella, muchos informes confirman que los cristianos son el grupo religioso más perseguido”, y muchos incluso son acosados en los lugares de refugio.
“No podemos abandonarlos”, resaltó.
“Abordar las causas fundamentales del desplazamiento de los pueblos requiere fuerza y ??voluntad política”, afirmó el Secretario de Estado del Vaticano.
“Como el Papa Francisco ha afirmado, significaría repensar hábitos y prácticas arraigadas, empezando por las cuestiones relacionadas con el comercio de armas, el suministro de materias primas y de energía, las inversiones, las políticas de financiación y el desarrollo sostenible e, incluso, el grave flagelo de la corrupción", señaló.
En los lugares donde la probabilidad de su uso ilegal es “real y presente”, la Santa Sede ha “llamado reiteradamente a limitarse y controlarse estrictamente la fabricación y venta de armas”, subrayó el Cardenal.
“La proliferación de cualquier tipo de armas agrava las situaciones de conflicto y da como resultado enormes costes humanos y materiales, causa grandes desplazamientos de refugiados y migrantes y socava profundamente el desarrollo y la búsqueda de una paz duradera”, expresó.
El Purpurado destacó que en los esfuerzos por eliminar las causas estructurales de la pobreza y del hambre se debe incluir la protección del medio ambiente, asegurar un trabajo digno para todos, acceso a una educación de calidad, y la protección de la familia, que es “un elemento esencial en el desarrollo humano y social”.
Sostuvo asimismo que la diplomacia y el diálogo son el camino para resolver las cuestiones y destacó el hecho de que la cumbre haya puesto su atención en las “formas más efectivas de compartir la responsabilidad” frente a la crisis de refugiados y migrantes.
Agregó que pese a que no son reconocidos como refugiados por las convenciones internacionales, “la Santa Sede se siente obligada a llamar urgentemente la atención sobre la condición de los migrantes que huyen de situaciones de extrema pobreza y de degradación ambiental”.
“Sus sufrimientos son muy grandes y son más vulnerables a la trata de personas y a diversas formas de esclavitud humana”, recalcó.
“La Santa Sede aboga por un compromiso común por parte de los distintos gobiernos y de la Comunidad internacional para poner fin a todas las luchas, el odio y la violencia y buscar la paz y la reconciliación”, sostuvo el Card. Parolin.
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