Aciera comparte con el país, la Declaración por casos de femicidios producida en Mendoza con motivo del 4to Tedeum Evangélico

Aciera comparte con el país, la Declaración por casos de femicidios producida en Mendoza con motivo del 4to Tedeum Evangélico

En el marco del cuarto Tedeum evangélico, por el Día de Acción de Gracias, organizado por la Cámara de Pastores de Mendoza, desarrollado el día 27 de septiembre en el teatro Independencia.

Colmado de Pastores y Líderes, junto a legisladores y autoridades de Gobierno, bajo el lema “Jesús es Suficiente”, surge esta declaración que ACIERA considera de suma importancia, compartir con la sociedad, en relación con uno de los flagelos que provocó entre junio del 2015 a mayo del 2016, unos 275 femicidios. Nos referimos a la violencia de género:

En días recientes, diversos asesinatos a mujeres jóvenes de público conocimiento han conmovido nuestra sociedad.

La Cámara Regional de Pastores (CREDEP) se solidariza con el inmenso dolor que estos abominables crímenes han causado, pero además considera su deber moral unirse al clamor por justicia en estos casos y por la efectiva instrumentación de medidas que ayuden a prevenir casos similares en el futuro. Compromete además su colaboración en todo cuanto esté a su alcance a los efectos de la mencionada prevención.

En la cosmovisión bíblica que sostenemos, varón y mujer fueron ambos creados a imagen de Dios (Génesis 1: 26).

Un autor cristiano escribió, a propósito del relato bíblico de Génesis 2:21-25: “La mujer fue hecha de una costilla sacada del costado de Adán; no de su cabeza para enseñorearse de él, ni de sus pies para ser pisoteada por él, sino de su costado para ser su igual, de bajo su brazo para ser protegida y de cerca de su corazón para ser amada.” En los Diez Mandamientos, Dios nos ordena honrar tanto a nuestro padre como a nuestra madre.

En forma consistente con las Escrituras hebreas, pero avanzando mucho más allá que cualquier contemporáneo suyo, nuestro Señor Jesucristo se relacionó con las mujeres en un diálogo refrescantemente franco y afectuoso. Muchas estuvieron entre sus discípulos. Algunas fueron los primeros testigos de su resurrección. En el resto del Nuevo Testamento vemos que la Iglesia crece con varones y mujeres (muchas mencionadas por nombre) que aceptan el Evangelio y contribuyen a difundirlo. El Apóstol Pablo declaró esta novedad hasta entonces inaudita: “Ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.” (Gálatas 3: 28).

En nuestra sociedad del siglo XXI, es difícil apreciar cuán fresca y liberadora es esta enseñanza, en comparación con las costumbres de la época. No obstante, creemos firmemente que, si viviéramos consistentemente en conformidad con las enseñanzas de Jesús, no tendríamos que lamentar tragedias como la que nos convoca hoy.

Nuestra fidelidad a las enseñanzas de Jesucristo y los Apóstoles nos impulsa a levantar la voz contra toda forma de violencia que sufra nuestra sociedad. Este principio general halla, en esta trágica ocasión, una expresión concreta de repudio contra los asesinatos de mujeres, solidaridad con las víctimas y clamor por que los gobernantes cumplan con su obligación de administrar justicia.  Por ello, unimos enérgica y decididamente nuestra voz a la de todas la personas de buena voluntad que claman por lo mismo y oramos para que Dios despierte todas las conciencias para vencer el mal con el bien.

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