Vocación de Cuba en la Cultura del Encuentro

Vocación de Cuba en la Cultura del Encuentro

 La paz, el diálogo, el final de las dinastías, el servicio al otro y no a sí mismos como Jesús enseña en el Evangelio y como fuente de alegría; la mirada de amor de Jesús a los pecadores, transformadora, que genera misión, servicio, entrega; la memoria agradecida, la invitación a atreverse a soñar, la amistad social, la cultura del encuentro; (...)

(...)  la pobreza y la misericordia como testimonio concreto de los hombres y mujeres de la Iglesia, son temas esenciales de la insistente predicación de Francisco -revolucionario entre revolucionarios con la fuerza misericordiosa de Jesús-, desde Cuba para todo el mundo.

La peregrinación misionera del Papa a Cuba y Usa, inició con la denuncia de un mundo sediento de paz por esta tercera guerra mundial que está destruyendo la tierra, “por etapas” y “de a pedazos”. En el avión pidió Francisco a los periodistas que lo acompañamos en esta peregrinación misionera suya, que lo ayudemos en su trabajo por la paz, afirmando: “Yo les agradezco todo lo que ustedes harán en su trabajo para construir puentes, pequeños puentes… todos juntos hacen el gran puente de la paz”. En su primer discurso en La Habana, volvió a referirse a la tercera guerra mundial que sufrimos y el domingo, al referirse al conflicto colombiano expresó: “No tenemos derecho a permitirnos otro fracaso en el camino de paz y reconciliación”. A la Isla que siempre fue “punto de encuentro” entre pueblos y culturas, Francisco le recuerda su vocación al diálogo y a la Cultura del Encuentro que él propicia, haciéndose él mismo “puente grande de la paz”.

Pero este poder del servicio al otro y no a sí mismo, que Francisco realiza, es lo que Jesús mismo enseña en el Evangelio. La energía imparable de su revolución no es otra que la fuerza transformadora de la mirada de amor de Jesús a los pecadores, que genera misión, servicio, entrega, como repitió en la misa en Holguín. El poder de la misión de paz y reconciliación es la memoria agradecida del amor de Dios en la propia vida, como también la invitación a atreverse a soñar un nuevo mundo de relaciones entre las personas, los pueblos y con la tierra.

Con Francisco peregrino, misionero de la misericordia, desde Cuba para Tu Radio, jesuita Guillermo Ortiz

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