La Virgen de Luján en los barrios de La Matanza y el ejemplo de una comunidad que se organiza

“Ni un pibe menos por la droga” fue el lema que más se escuchó esta semana en los barrios. La Virgen de Luján fue recibida con canciones y banderas. Los jóvenes peregrinos de los Hogares de Cristo sembraron su mensaje desde Villa Palito al Mercado Central, pasando por Celina, Catán, Laferrere y Virrey del Pino, hasta llegar a Casanova y terminar en Villegas con Amar Azul y una multitudinaria fiesta de fe popular.

Hay un dicho conocido que afirma que los hechos históricos tienen su expresión en las calles. Hoy, en el corazón de La Matanza, la Avenida Crovara es escenario testigo del último tramo de la peregrinación de la Familia Grande de Hogares de Cristo esta semana. Retumban los bombos entre las banderas. Las familias aplauden y corean cánticos esperanzadores mientras los jóvenes que van al frente caminan esforzándose en llevar en alto a la Virgen de Luján, al cristo y a San Cayetano.

El destino inmediato es el estadio Papa Francisco, del predio Polideportivo de la Parroquia San José, donde una multitud espera la llegada de los peregrinos en medio de una jornada de feria de comidas, kermesse y música en vivo. Un grupo de niños, niñas y adolescentes con ropa deportiva de un club parroquial, gritan y aplauden el ingreso de quienes caminaron por el barrio, entre ellos, el Padre Pepe y el Padre Tano, dos de los principales referentes del movimiento de curas villeros.

“Estamos viviendo una fiesta popular enorme. Un montón de jóvenes con sus familias vienen a agradecer este lugar de recuperación”, señala Jose María “Pepe” Di Paola mientras le hacen señas para que se acerque al nuevo estudio de la radio La Voz de San José que inaugurarán en instantes. Y continúa: “Yo venía hace 20 años acá porque muchos chicos que consumían paco vivían acá. Venía a buscar a sus familias, a alguien que pudiera ayudar y era muy difícil. Y hoy, en este mismo lugar, los chicos encuentran un lugar de esperanza acá en el Polideportivo de la Parroquia San José”.

Cada vez más personas se acercan a la feria de comidas que además tiene un sector de artesanías. Mientras tanto, niños, niñas y algunos adultos juegan a tirarse espuma cerca de la canchita de fútbol de césped sintético en la que algunos dicen “se juega 24/7”. De fondo y desde los parlantes, una voz radial que toda la comunidad presente reconoce: “Recibimos a la Virgen de Luján, que va peregrinando por la Argentina con la intención "Ni un pibe menos por la droga".Y la recibimos en la familia grande de todos los barrios de La Matanza, para cerrar con un festival agradeciendole a Dios tanta vida, tanta comunidad organizada que puso de pie a tantos pibes y tantas pibas y agradeciendo que ellos no olvidan de donde salieron y le tienden la mano a otros”. Los gritos y los aplausos al Padre Nicolás “Tano” Angelotti son una constante en la jornada matancera.

En el escenario principal, el Padre Pepe oficia la misa y nombran a los y las jóvenes que “no están más presentes por haber sido víctimas del flagelo de la droga”. El Padre Tano pide un aplauso cerrado para el Padre Bachi, reconocido sacerdote por su obra en el barrio de Villa Palito, quien falleció durante la pandemia. La ovación no se hace esperar, tampoco el cántico popular “Bendecinos Padre Bachi” que ya es parte de las celebraciones.

“Hoy estamos acá porque sabemos que está en juego la vida de las personas y el futuro de los jóvenes”, dice Pepe ante la muchedumbre atenta y silenciosa. “Todos podemos hacer algo y el Hogar de Cristo te lo está enseñando. Por eso en este lugar se ve a fondo ese espíritu y la Virgen de Luján hoy está feliz. Acá, desde La Matanza, el mensaje más esperanzador para la Argentina es: Ni un pibe menos por la droga. Y a trabajar todos juntos para contagiar ese espíritu, porque hace falta más que nunca que nos pongamos a trabajar en serio para que la vida tenga sentido, para que sea cuidada y sea respetada”. La homilía fue certera y los presentes se abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos, para darse el abrazo de paz y fraternidad.

Momentos después, el Padre Tano aún piensa en las palabras dichas durante la misa: “Es que para nosotros es un grito de Justicia Social, porque muchas veces son causas perdidas por las que militamos y a las cuales les ponemos el corazón y el cuerpo.  No nos pasan por el costado. Tenemos un montón de pibes y pibas con nombre y apellido, con corazón, con historia que quisimos mucho y que hoy no están y que vimos cómo se nos murieron delante de nuestros ojos, en nuestras manos. No queremos más eso”. Desde todos lados lo reclaman, lo abrazan, le preguntan cosas y entre risas emoción responde a todos y cada una de las charlas y comentarios. “Es una foto de esperanza lo que tenemos hoy”, sentencia.

Ya poniéndose el sol, la alegría es total. Facundo Merlía entona chacareras que las familias bailan después de la merienda. Saben que cuando se caiga la noche, Amar Azul cerrará una semana que fue grito de esperanza y demostraciones de fe popular. La banda hace un falso inicio de uno de sus temas más reconocidos y un juego de luces de colores ilumina a la multitud que explota ante el inminente comienzo. Si hay algo que sabe la comunidad matancera en Villegas, es que organizarse es el paso necesario para festejar y celebrar la vida como viene.

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